Mi caso se resume en una dependencia emocional que generé con mi
actual pareja; a lo largo de la relación tanto el como yo hemos cometido
errores, tengo 26 años y el tiene 31, cabe aclarar que el tiene dos hijos y es
separado hace casi 6 años.... (yo no quiero tener hijos) llevamos casi dos
años; al inicio de la relación teníamos mal entendidos por que era una persona
que le gustaba el licor hasta perder la conciencia, cosa que con el tiempo y debido
a la situación económica por la que hemos pasado, ha cambiado en ese aspecto;
nosotros vivimos juntos hace aproximadamente 1 año, pero desde hace 6 meses han
venido las peleas entre los dos por celos; por que vi una conversación en
instagram, con una chica que al parecer querían conocerse, de ahí en adelante
empezó mi desconfianza, ligada a que habían días en los que cuando conseguía
dinero (por que no tiene trabajo hace casi año y medio) se iba a tomar y no
llegaba a la casa... le marcaba en repetidas ocasiones y algunas veces no
contestaba nunca; como habían otras ocasiones en las que la que contestaba era
la ex esposa diciéndome que el se quedaba allá cuando estaba ebrio con la
excusa de ver a los niños y a buscarla a ella (cosa que después me desmintió)
*a raiz de eso le tengo cierto recelo a esos niños, igual el casi ni los ve,
por que no tiene dinero*.... ya después llegaba a la casa discutíamos unos días
y después el normal como si nada; incluso cuando yo le peleaba mucho terminaba
por echarme de casa..... soy consiente de que me convertí en una celosa por
todas esas circunstancias...
Estimada:
Lo que queda claro es que él es una persona poco responsable y está
ganado por la impulsividad… Toma en exceso, cada vez que puede se ausenta de la
casa, no asume su rol de padre como debiera. Si no es con su mujer, aparece el
fantasma de alguna rival que lo pretende… Candidato poco elegible… Digamos que
luce inmaduro.
Por tu parte, esto te lleva más bien a una posición de “marcación”
y reclamos de demostración de afecto, que seguramente mueven en ti problemas de
inseguridad anteriores, probablemente relativos a no haber sido suficientemente
querida en tu infancia. Quizás eso lleva
a que te la tomes con los niños, que les tengas recelo, lo mismo que al no
deseo de tener hijos, lo que, de alguna manera, supone el que tú sigas ocupando
el lugar de hija en esta relación de pareja a la que te aferras.
Necesitas madurar como persona, poder reconocer que en esta
situación de aferramiento en la que estás, te vas desgastando día a día. Trata
de darte un espacio. Estudia algo o trabaja. Si ya lo haces, trata de surgir,
de mejorar, pero por darte el gusto de superarte a ti misma. Encuentra razones para sentirte orgullosa de
tus logros. Sentirte bien contigo misma te ayudará a que él te sienta más
segura y, eventualmente, te respete más.
De hecho, te hará más fácil romper esta relación si eso es lo que
decides. Aún eres joven y puedes rehacer tu vida de pareja. Necesitas poder
relacionarte sin depender tanto de tu pareja o, por lo menos, poder ser capaz
de cortar la relación si no vale la pena, si te hace daño, si no te ayuda a
crecer o a construir un vínculo en el que exista el respeto y la
responsabilidad compartidos.
Te podría ayudar buscar la orientación de un psicoterapeuta.
Necesitas poder mirarte un poco más a ti misma, conocer mejor el origen de tus
problemas actuales y ver cómo puedes aprender a manejar mejor tu vida.
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