viernes

2018 11 28 “Si te hace feliz…”


A ver, hace ya un tiempo largo conocí un chico. Empezamos a vernos como amigos, pero enseguida los dos vimos que nos gustábamos y ya surgieron los besos y todo eso. Nunca llegamos a ser pareja, porque él acababa de salir de una relación reciente, pero nos veíamos mucho, dos o tres veces por semana y nos encantaba estar juntos.
Al cabo de un tiempo, empezamos a vernos menos por los estudios y el trabajo, hasta que llegó un punto en qué hablábamos muy poco por redes y nos veíamos solo una o dos veces al mes. A mí me seguía gustando igual y me moría de ganas de verme con él, y parecía que a él le pasaba lo mismo conmigo.
Hace ya unas semanas, nos decidimos por hablar sobre lo que estaba sucediendo, sobre porque nos habíamos distanciado. Me contó que quería que nos dejáramos de ver y me pidió perdón porque lo nuestro surgió cuando él menos quería, cuando acababa de romper con su ex.
Cuando me lo contó, yo ya me lo esperaba. Yo misma creía que me iba a poner muy triste, pero no, sí que es verdad que cuando me lo contó, me puse un poco nostálgica por todo lo que habíamos vivido juntos hasta el momento y que pueda que no vuelva a pasar nunca más con él, pero a la vez fue como un descanso para mí saber porque nos habíamos distanciado.
Ahora tengo momentos de todo, hay días en qué solo tengo ganas de llorar porque me imaginaba estar un tiempo un poco más largo con él, y no ha podido ser, echo de menos verlo y hablar con él. Pero hay otros momentos en que me siento muy feliz cuando pienso en la suerte que he tenido de conocerlo y poder tener aunque sea un tipo de relación con él, aunque no del todo de pareja. Era el chico que siempre había imaginado que me gustaría, era diferente al resto y me hacía muy feliz, y cuando pienso en como nos conocimos y como fue evolucionando nuestra relación, me siento muy orgullosa y feliz, y no sé si es normal. También cuando veo fotos o vídeos que tengo con él, no puedo evitar sonreír y ponerme feliz, en vez de ponerme triste y llorar.
La gente de mi alrededor me dice que lo mejor que puedo hacer es olvidarle y fijarme en otros chicos, pero no puedo ni quiero olvidarme de él. Me ha echo muy feliz y me ha querido mucho y no quiero olvidar nada de lo que he vivido con él. A la vez que tampoco me puedo imaginar estar conociendo a otros chicos que no sean él, que no huelan como él, que no tengan su voz, sus ojos, su sonrisa y sus labios.
No sé si es normal todo eso. Yo lo he querido mucho y me gustaría retomar la relación en un tiempo, pero tampoco sé cómo hacerlo. Pero lo que tengo muy claro es que no lo quiero olvidar ni a él ni a todo lo que hemos vivido juntos.



Alguna vez me respondieron así, "Si te hace feliz", cuando pregunté sobre… ya no sé qué, seguro que algo fuera de lo corriente… Me pareció bastante sabio… 

Y, bueno, no estás sufriendo por su ausencia la mayor parte del tiempo, te acompaña lo vivido, dices que “te ha hecho muy feliz”, en fin, es una elección seguir así… No se trata de forzarte a nada, mientras no te haga daño…

Algún comentario que puede tener que ver con la situación, es que muchas veces uno idealiza un vínculo o una situación y, de esta manera, no hay nadie más que pueda dar la talla. Generalmente, esta idealización se da si es que se trata de la única relación que uno tuvo, luego de no haber tenido cercanía con otra pareja, formal o transitoria. 

Pudiera tener que ver con una manera de protegerse contra el temor de arriesgarse nuevamente a abrir el corazón y ser frustrada por el elegido. Si no es así, el tiempo dirá… 

Al respecto, agregaré que, cuando formamos un vínculo y somos felices, no es que alguien nos hace sentir felicidad, sino que la felicidad es lo que surge en nosotros al estar con esa persona. Está en nosotros poder ser felices con una pareja. Es decir, la capacidad de ser felices, está en principio en uno mismo. 

Uno puede estar enamorado y romper, pero volver a enamorarse no una, sino muchas veces. Lo importante es darnos cuenta que no depende excluyentemente de lo que ocurrió con esa persona. Cada nueva relación es diferente, hasta nosotros, de alguna manera, somos diferentes en la dinámica que se da con cada nueva persona.



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