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2018 09 13 Tuve 47 años

Hola tengo 47 años,

He pasado varias depresiones. No me gusta mi trabajo en la empresa familiar con lo que trabajo muy pocas horas. Estoy casado con un niño de 7 años.
Tengo una situacion economica desahogada y puedo hacer muchas actividades. Sin embargo me cuesta disfrutar de la vida y muchas veces disimulo para no perder amistades.
Me gustaria ser feliz y disfrutar de la vida pero me cuesta mucho esfuerzo.
Hace 18 años mi hermana se suicido por esquizofrenia y mi padre murio al año siguiente. Sufri mucho la muerte de mi hermana ya que fui durante años su gran apoyo emocional. Cuando ella estaba mal, yo me saque la carrera de administracion de empresas y le cuide mucho. Pienso que si de joven era tan fuerte mentalmente, como puede ser que con los años me haya vuelto debil y me deprima sin ninguna razon objetiva para ello.



Estimado, los 47 años que mencionas, forman parte de tu pasado. Creo que es el momento de programar tus próximos 47, darles calidad y disfrute. 

Una cosa que se deduce de tu relato es que necesitas deslindar si no tienes algún factor genético que te predispone a una depresión periódica, a una bipolaridad… y, por cierto, tratar ese problema emocional que interfiere en tu vida. 

Has tenido muchas adversidades y, sin embargo, saliste adelante… Dices que cuentas con holgura suficiente como para estar bien, pero no sabes cómo hacer para sentirte bien.  No te es fácil conectarte con el afecto y la amistad; pues bien, dedícate un poco a conectarte contigo mismo…

Regálate una psicoterapia psicoanalítica, con una persona bien elegida, empática, que contribuya a activar en ti el anhelo de vivir en plenitud. Acepta tu debilidad. La verdadera fortaleza surge de nuestra posibilidad de aceptarnos en la fragilidad y, desde allí, integrarnos. 

Solemos crecer y hacernos fuertes desde nuestra capacidad para defendernos, pero no pasa lo mismo con nuestros afectos y emociones, con nuestros deseos y necesidades, los que ponemos al margen hasta un punto en que se nos presentan como ajenos, mientras seguimos ciegamente hacia adelante.

Es tiempo de reconectarse con ese lado tuyo que sientes frágil, con el niño que se quedó a la zaga mientras crecías.  Te toca superar el sentimiento de vulnerabilidad que lo acompaña; solo así podrás sentir ese grato sentimiento que es la confianza interior, la paz del que nada tiene que perder. 

Termina, entonces, de perder lo que ya se perdió: ¡los 47 que ya se fueron! El pasado debe quedar atrás y proporcionarle un lugar al "ahora".  Esto es algo que uno necesita aprender… es algo que se puede lograr.

El  resto  de  tu  vida  comienza  ahora,  con  la decisión de dejarte ayudar, aceptarte frágil y humano, como somos todos.   Sé generoso contigo mismo

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