viernes

2017 11 28 Tropecé de nuevo… pero con el otro pie

Estimado Pedro:
Tengo 47 años y he estado casada muchos años con una persona a la que amaba pero se volvió alcóholico y drogadicto, además de ser bipolar. Hace siete años que terminé esa relación y rehice mi vida junto a mi hija, incluso poniendo tierra de por medio.
Mientras mi hija ha sido una niña, y hasta hace un año he estado muy centrada en su educación, deportes, en su vida pero empecé a abrir mi corazón nuevamente y he tenido algunas relaciones que considero de aprendizaje.
Ahora, estoy tres meses con una persona diez años mayor que yo de la que me he ido enamorando poco a poco, aunque nos vemos solamente una vez a la semana o los fines de semana. El fin de semana pasado me confesó que esnifa de vez en cuando cocaina y speed....
Ahora, tras meditarlo, me duele muchísimo todo esto porque es para mí revivir de nuevo un calvario que me costó superar.
El caso es que estoy pensando en dejarlo pero sin darle explicaciones, sin decirle que es por sus "escarceos esporádicos" que para mí no tiene cabida ni me cabe en la cabeza. He pensado en decirle que ya no me gusta, aunque sea totalmente incierto porque no quiero darle opción a nada, conozco el tema perfectamente y sé que esto no puede ir a mejor nunca. El caso es que mis amigas me dicen que le diga la verdad pero creo que eso sería dejar una puerta abierta a que diga que lo va a dejar cuando sé que es mentira, siempre lo es.
Le agradezco su consejo de desconocido entendido en esta materia.
De antemano, le doy mis más sinceras gracias.


Estimada amiga, una de las cosas que menciona en el inicio de su nota es que su ex esposo desarrolló el alcoholismo a posteriori de juntarse ustedes. En tanto así, conoce ampliamente cómo es. Creo que está claro que este nuevo candidato ya muestra indicios de que puede pasar lo mismo.

Usted sabe que el problema es no solo el temor de que vuelva a juntarse con alguien con esta tendencia; usted ha formado parte de un complemento de la misma, lo que llamamos, coadicción.  Entonces, es también el temor a recaer y ya usted lo tiene claro.  El asunto es enfrentarse a sí misma y no autoengañarse.  

La sabiduría de su posible respuesta consiste en ser coherente con lo que se sabe y funcionar de acuerdo a eso.  Usted conoce mejor que yo la situación; la ha vivido, la ha sufrido y le ha costado salir adelante.

Una oportuna renuncia fortalece el espíritu.  No tengo nada que agregar que usted no sepa. Gracias por consultar.

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