Estimado Dr. Tengo 70 años y desde los 25
he mantenido una relacion esporádica con un hombre de mi misma edad, de gran
fortuna, en oportunidades con parentesis muy largos. El ha estado casado
varias veces y yo tambien y no hemos coincidido estando los dos libres hasta
ahora. Hace 8 años que no nos vemos, en los cuales él tuvo un matrimonio
y un divorcio y yo me vine a vivir lejos de la capital. En esos
8 años se me diagnosticó la enfermedad de parkinson, gracias a Dios de
evolución muy lenta, que se me nota muy poco en lo externo aunque si en otros
síntomas. Mi situación económica es mas bien precaria. Hace unos días he
recibido con gran sorpresa una llamada de él que al saber donde yo estoy
viviendo decidió venir a una casa que tiene cerca y quiere verme y hablar
"seriamente" conmigo ademas de pasar las fiestas de fin de años
juntos. El siempre me ha atraido muchisimo y se que esto es mutuo. El toma
y fuma mucho, lo cual ha sido algunas veces motivo de disgusto entre los dos.
Yo vivo sola y tengo un hijo a tres horas de aqui, al que veo muy
poco.
Mi inquietud es, le digo
y en qué momento la enfermedad que tengo? El hace veladas alusiones al sexo,
que a mi sinceramente no me interesa. Creo que quiere casarse porque es
un hombre que no puede estar solo y muy tradicional. Me da miedo que me
encuentre muy vieja. Que hago? El no conoce mi direccion, solo aproximadamente
el sector rural donde vivo. Yo podria desaparecerme o pedirle que no
venga. No se que hacer...! Yo aprendi a disfrutar mi soledad pero
no deja de ser tentadora la oportunidad de pasar mis ultimos años al lado de
él. Mil gracias por la ayuda que me pueda dar Doctor !!!
PD por favor Doctor no
ponga mi nombre en su página sólo invente uno
Cuando
digo “madura” me refiero en principio a cómo solemos llamar a estar viejo. Pero
mujer, la vejez no necesariamente tiene que ver solo con el cuerpo. Uno puede
mantenerse joven de espíritu y sentir emociones y afectos frescos (o
“añejados”) que se reactivan de manera especial con determinadas personas.
Ustedes
tienen una relación de toda la vida, una historia novelesca que encuentra
oportunidad de cambiar el final. ¡Muy al estilo de García Márquez! El deseo de
volverse a juntar ya los encuentra en otras circunstancias, quizás más maduros en otro sentido. Por algo te ha buscado. Lo cierto es que las cosas se
aclararán en sus alcances sólo cuando se junten a conversar y se sinceren, se
acepten –o no- en lo que son y en lo que están.
Uno nunca
sabría realmente qué piensa el otro si no lo conversan. La soledad no es buena
y es probable que, más que sexo, nuestro amigo necesita compañía, al igual que
usted. Tenga presente que el Parkinson anda mostrando avances en sus
posibilidades de control… y junto con los cambios propios de la edad, hay que
aceptar que a estas alturas de la vida lo que más importa es la persona, sus
cualidades, madurez y la capacidad de compartir espacios.
Si él
tiene estas tendencias al trago o al cigarrillo, más bien habrá que ver que no
sean un problema y de qué manera contribuye usted a un control de sus impulsos
(sin forzamientos). Evalúe bien el que su relación no sea la de una enfermera a
cargo de un caso. Lo que provenga del afecto que se tengan, requiere de un
equilibrio y él pareciera requerir de usted para tenerlo (me refiero al equilibrio).
Ensaye
reunirse y ver… No se base en temores, vergüenzas o prejuicios. Confíe en la
mujer, esa mujer sensible y madura que usted puede ser (si usted misma la deja ser). Recién después tome su decisión. A lo mejor es usted la que decide que no, pero también
pudiera ser que sí....
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