viernes

2017 12 19 Mi padre es fármaco-dependiente... y yo, codependiente

Buenos dias, le envio este correo con la esperanza de encontrar respuesta.
Mi padre tiene 62 años y es farmacodependiente desde los 18, siempre a sido egoista, mentiroso y manipulador...una tia mayor siempre le facilito todo pero al pasar los años se canso y vio la forma de comprometerme a hacerme cargo de el (el se fue de casa cuando yo tenia 7 años, hoy tengo 40 somos 3 hermanas de matrimonio). El tema es extenso, yo no tengo ingresos economicos propios.
De un tiempo a ahora mi padre se a vuelto una carga intolerable, manipula, se hace al enfermo, quiere que uno este oendiente de el todo el tiempo...yo le alquile un cuarto y le pago la pension (con dinero de mi esposo), pero el quiere mas y mas..y mi familia me presiona, les dice que esta debil enfermo que quiere ir a lima a hacerse ver con especialistas (no tiene mal fisico), solo quiere que alguien lo lleve (yo) y este con el todo el tiempo...busca una madre..yo ya no puedo mas..
La pregunta es doctor, si solo me limito a darle alimentos y vivienda?, no se va morir no?...porque es tan fresco y cobarde que ni existe el temor de que se suicide.
Espero pueda responderme
Atte
Mara


Una de las cosas que es harto conocida en el mundo de la dependencia a sustancias es que el perfil del paciente conlleva la presencia de alguien que lo complementa: el codependiente. En el origen quizás fue la tía, ahora es usted. 

El adicto suele instalarse en una suerte de parasitismo, sacando provecho de presentarse como víctima o “pobrecito”.  Es así que busca y encuentra personas sensibles –como usted- que sienten que lo tienen que ayudar, como si fuera una circunstancia de vida o muerte y que si no lo hacen serían culpables de que éste se pueda morir.

Dentro de lo que a usted corresponde, tiene algún factor en su genética que la expone a depender, no necesariamente de drogas. La dependencia puede darse en lo afectivo, en la relación de pareja o en alguna de las muchas variables en las que ésta puede manifestarse. Eso la lleva a que "enganche" con los cantos de sirena de papá. 

Usted se da cuenta que él necesita una mamá, como si fuera un bebé pequeño… y alguien lo avala y permite que la situación se mantenga. No se olvide que parte del rol que le compete a la mamá es también sostener un buen destete, poner límites, cosa que no ocurre cuando la mamá tiene carencias personales y no responde como debiera a las necesidades evolutivas de su bebé (protegerlo de manera total cuando es muy pequeño, para luego ir dejando que se aleje de acuerdo a las circunstancias propias de su crecimiento).  

Ocurre que, en ocasiones, como en el caso de la tía, alguien sobreprotege y favorece que el niño (en este caso, no tan "niño) no supere la primera etapa.  Entonces, se genera una falla que después será muy difícil de resolver.  El niño siente que todo se lo tienen que hacer, que tiene derecho a que los otros resuelvan todas sus necesidades; como si sus problemas pertenecieran a otros y no a él mismo. De esta manera, se va configurando una personalidad parasítica.

Pues bien, es oportunidad de que se dé cuenta usted de lo que en su momento intentó la tía… Es necesario que él pase por la dura prueba de hacerse cargo de sí mismo y, si uno humanamente quiere ayudar, no pasarse de una cuestión elemental. En realidad, la gran prueba de si vive o no depende ahora de su propia toma de conciencia y decisión.

Por otro lado, dése cuenta que usted necesita resolver sus propios problemas de dependencia y crecer, desarrollarse y superar la situación traumática de haber tenido un padre que le falló en la función de sostenerla.  Esto debe generarle sentimientos encontrados y, a la larga, probablemente su sentimiento de culpa le dificulte o impida ponerle límites a papá.  

Vemos que a usted le falta seguridad personal como para tomar decisiones porque cede a las presiones de los demás.  No le toca a usted resolver los problemas de papá.  Más bien, le toca como tarea ocuparse de usted, madurar en el espacio de ser usted misma, ser capaz de crear su propia familia, con la que mantenga un apego saludable, en la que pueda criar hijos para la vida, no para usted. Tiene que aprender que poner límites puede ser algo muy saludable, que ayuda a que el otro se haga cargo de lo que le es posible si no hay alguien que lo haga por él.

Quizás sería conveniente que asista usted a reuniones de grupos de familiares de adictos anónimos.  Escuchará mucho de situaciones similares y verá cómo cada quien tuvo que manejarlas y resolverlas.  Esto la ayudará mucho a comprender este problema al poder "vivenciarlo" con personas que han pasado o pasan por lo mismo.

Por lo pronto, no caiga en la trampa del hartazgo enojoso; eso solo la ata más. Tiene que encontrar verdaderamente una salida, una posibilidad de liberarse, haciendo usted lo que su padre no pudo o no supo hacer, pero hágalo por usted, por su propia salud emocional.



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