Buenas tardes , estoy muy triste , llevo 6 años de relación
con mi enamorado, y la relación en los últimos mese ha estado mal, parábamos
terminando y regresando.Tengo 29 años y ya son 6 años, es mucho tiempo , ademas
de querer ser madre y sabemos que en una mujer es mas difícil poder embarazarse
a esta edad, soy creyente y virgen .Por concepción quiero entregarme a mi
esposo, lo amo y quiero una vida con el, obviamente casarme, el año pasado
hablamos de eso y se quedo a que en este año pasaría, pero con todos los
problemas suscitados, el ya no hablaba de eso, ademas de que no me llevo muy
bien con su familia, y el también lo pone como pretexto, xq converse con el y
le dije que me había dado cuenta de que el realmente no pensaba en mi , que yo
necesitaba casarme, no se que hice, si estuvo bien o no, el empezó a decir que
yo solo veo mi lado , que no lo entiendo y q ademas por el momento no puede
ofrecerme una vida buena, y no lo puedo entender pues es abogado y su sueldo es
bueno, pero el prioriza en otros gastos como pagar un carro para su familia y
cosas asi.Le dije que no era necesario que me diga que no quería casarse cuando
eso es algo obvio y que entendía, y que ya era mejor no saber nada de el, pues
me hacia mucho daño.Hoy estoy deprimida, le termine pero me duele mucho. Como
seguir.Hice bien ?
Pareciera que usted ha tenido oportunidad de conocer bastante
a su pareja. Lo ha visto cambiar de status profesional y material. Es decir, lo
que usualmente contemplan ahora muchas parejas que necesitan tener la base
económica resuelta antes de casarse. Pero, en este tiempo, también ha podido
verlo en sus rasgos personales, el nivel de atenciones que es capaz de
brindarle, etc.
Pues bien, ése es él, pero mucho de lo que ve en él es
también producto de la interacción que ustedes han tenido en estos 6 años. En
las parejas, se estimulan emociones y rasgos que suelen ser “lo mejor que cada
uno tiene para dar”.
En medio de este tiempo de conocerse, por sus convicciones
religiosas, tengo la impresión de que usted ha intentado prolongar la relación
porque el “designado” para ser el padre de sus hijos tenía que ser él. Quizás
podría haber terminado antes. Es como que todo aparece muy formal y un poco
“preprogramado”. Esto le otorga una cierta dificultad para conocer alternativas
más afines con su forma de pensar o sentir el matrimonio, prevalece la noción
de procrear como idea central, quizás la idea que acompaña este punto de
partida sea que le deberá entrega y respeto total al marido… sea él como fuera.
Lo más probable es que esté tomando una decisión atinada. También, uno se casa para tener armonía en lo personal y familiar. Si la pareja
no es la que encaja en nuestro sentir, pues es mejor terminar y buscar en otro
lo que deseamos encontrar.
Es duro. Duele terminar no solo con esa persona sino que se trata, también, de toda la ilusión que se puso en él. Pero, es momento también para examinar qué es lo que usted pudiera haber puesto o dejado de poner para que las cosas hayan
llegado a este punto… Quizás necesita flexibilizar su forma de ser. Muchas
veces uno no se da cuenta que no se está expresando emocionalmente de manera
fluida y cosas así.
Si decide terminar, no le dé más vueltas. Haga su duelo y
saque de nuevo a la mujer que quiere un hombre para marido. Encuentre en usted
a esa mujer que es capaz de serlo, de ser atractiva y cuyos principios son respetados.
Si la cosa no funcionó, rescate en principio su autoestima. Está decidiendo ahora lo que a futuro sería una prolongada frustración… y, supongo que no es digno de usted… Dele valor a sus decisiones y obtenga fortaleza de ser coherente consigo misma.
El riesgo es quedarse pegada al tema y pasarse la vida temiendo que le vuelva a pasar lo mismo... o desojando margaritas, pensando en si hizo bien o mal…
Si la cosa no funcionó, rescate en principio su autoestima. Está decidiendo ahora lo que a futuro sería una prolongada frustración… y, supongo que no es digno de usted… Dele valor a sus decisiones y obtenga fortaleza de ser coherente consigo misma.
El riesgo es quedarse pegada al tema y pasarse la vida temiendo que le vuelva a pasar lo mismo... o desojando margaritas, pensando en si hizo bien o mal…
Suerte.
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