Buenos dias, mi consulta es porque estoy desesperada, quiero
a mi pareja, tengo un bebito de 2 años con él y estoy muy enamorada, pero no me
trata todo lo bien que deberia en mi opinion, siempre que viene enfadado del
trabajo o no se hacen las cosas a su gusto está metiendose conque no se lleva
mas al niño a ver a mi familia o no se lo vamos a dejar mas. Siempre me ataca
con lo mismo. Tuve esa misma mala experiencia con mi exmarido y no entiendo
porqué todos me atacan de la misma forma, yo no soy mala persona. Mi suegra es
muy mala gente, no nos quiere nada y siempre está haciendonos de las suyas, yo
trago, aunque ´me enfade y sigo dejandola ejercer de abuela y venir a ver a mi
bebito. Puedo hacer algo para solucionar las cosas, como puedo asustarle,
porque cuando le digo que lo voy a mandar todo a paseo, no se lo toma enserio.
Estamos pagando una casa que nos darán en un año y medio, y creo que se acoje a
tenemos un futuro en común y que no lo voy a romper nunca. Que hago, porque yo
tampoco quiero dejarlo. Querria simplemente que me tratara bien, como a una
persona, no como a un animal.
Estimada, al parecer, por lo que dice, él no tiene intenciones
de romper la relación; confiesa, usted también, que se siente enamorada de su
marido…. que tienen un bebé que requiere de la ayuda de las abuelas.
Bueno, lo que está empezando a fallar entre ustedes es la
comunicación, pero no me refiero a lo que se digan o en lo que no se ponen de
acuerdo; me refiero a lo que los entrampa emocionalmente, lo que se transmiten
con los tonos y las amenazas.
Tengo la impresión que frente a los enojos de él usted reacciona y discute. En principio, se siente maltratada injustamente, como ya lo ha sentido en su matrimonio anterior. En ese sentido, vale la pena tener en cuenta que el día a día nos pone tensos y de mal humor por las responsabilidades y problemas que nos surgen en la casa o en el trabajo y uno espera que el otro lo pueda entender; pero, suele ocurrir que al otro le pasa lo mismo… y uno se siente frustrado y resentido, por lo que va creciendo una hostilidad y deseos de desquitarse.
Tengo la impresión que frente a los enojos de él usted reacciona y discute. En principio, se siente maltratada injustamente, como ya lo ha sentido en su matrimonio anterior. En ese sentido, vale la pena tener en cuenta que el día a día nos pone tensos y de mal humor por las responsabilidades y problemas que nos surgen en la casa o en el trabajo y uno espera que el otro lo pueda entender; pero, suele ocurrir que al otro le pasa lo mismo… y uno se siente frustrado y resentido, por lo que va creciendo una hostilidad y deseos de desquitarse.
Esa espiral es una trampa en la que suelen caer las parejas. Creo que se trata de tomarse las cosas con calma y darse el tiempo como para
tratar bien al otro, darle las atenciones que nosotros esperamos que nos den.
Por favor, no me diga que estoy pidiendo que se someta. La invito a generar otra
espiral, una de buen trato y de emociones amables. Procure no tomar como
personales las cosas que él le diga o usted le diga. No esté pendiente de las cosas sobre
las que puede quejarse y reclamarle. Busque generar un buen momento. Aún está a tiempo. No le recomiendo nada de estrategias para que el otro se asuste y sea la amenaza lo
que prevalezca. Tenga en cuenta que la mejor manera de poner límites es sin
enojarse, con amabilidad. Si persiste en esa línea por un tiempo, le aseguro
que las cosas van a cambiar.
Saque lo mejor de él, de su suegra, de todos los que la rodean. Trátelos como quiere que la traten a usted. No tome las cosas como ofensa; véalas como que él o ella están de mal humor y no lo mire todo como una competencia por ver quien prevalece. Con una actitud firme pero amable, con afecto y buen trato, el resto terminará de declinar la actitud hostil.
Saque lo mejor de él, de su suegra, de todos los que la rodean. Trátelos como quiere que la traten a usted. No tome las cosas como ofensa; véalas como que él o ella están de mal humor y no lo mire todo como una competencia por ver quien prevalece. Con una actitud firme pero amable, con afecto y buen trato, el resto terminará de declinar la actitud hostil.
Todo sentimiento rebota. Si trato con resentimiento, si
prevalece el reclamo, el otro hará lo mismo. En esto gana el más equilibrado. Sea usted la generadora de este cambio en los modos de tratar. Trate con
amabilidad y le rebotará amabilidad, pero no caiga en la trampa de reaccionar
si esto inmediatamente no es así. Hágalo, simplemente porque comprende que es lo
mejor para usted y, también, para todos. Trate de no reaccionar, de no ofenderse
por problemas de los otros. Que sean eso; problemas de otro; y, si usted devuelve amabilidad, si
no se afecta, verá cómo cambian las cosas.
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