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2016/03/28 Adicción a la pornografía

Dr. Morales, acudo a Ud. desesperada por la situación que ya escapa de mis manos. Hace muchos años me di cuenta que mi esposo pasa mucho tiempo viendo pornografía por internet. Al principio creí en su promesa de no volver a hacerlos. Hasta que un día busco en historial de la máquina un link donde había ingresado unos días antes, el cual no recordaba y me di con la sorpresa que estaba lleno de páginas pornográficas visitadas casi a diario. Al principio le increpé a mis hijos, los cuales lo negaron porque ellos tienen sus propias computadoras. Al final revisé la computadora de la oficina de mi esposo y era él. Le llamé la atención y sin arrepentimiento alguno todavía se puso agresivo conmigo. Hasta el día de hoy no se que hacer, esta situación ha debilitado nuestro matrimonio, llega de mal humor a casa y me trata mal los días que llega después de ver estas páginas. (Le hablo como de 8 años atrás hasta la fecha). Cada vez la situación empeora, él se niega a visitar un médico.


En los últimos años, se ha integrado en la categoría de “adicciones” a una serie de trastornos que antes no figuraban como tales.  Uno de ellos es la adicción sexual. Podemos pensar que, tal vez, esto esté relacionado con aquello que motiva su consulta, con lo que usted describe como una afición exagerada de su pareja por la pornografía. 

Importa saber la cantidad de tiempo que él se dedica a este menester y si es algo compulsivo, que no puede refrenar. Habría, también, que examinar el grado de perturbación que produce en sus demás actividades de la vida: laborales, sociales, gastos exagerados, alteración de la intimidad conyugal, etc.

Si ya tiene el carácter de adicción, estamos ante un problema que sólo puede ser resuelto si él acepta considerarlo como tal, en cuyo caso pedirá ayuda. 

En su lugar (el de usted) importa tomar conciencia de su situación de co-adicta, compañera del adicto, con quien comparte en el fondo una condición de dependencia.  En el  trasfondo de una adicción, generalmente existe esta dependencia que impide resolver el conflicto y cambiar las cosas. En el estado actual de su relación de pareja, la pornografía pareciera tener el equivalente de “la otra”, lo cual moviliza animosidad.

El punto anterior lleva naturalmente a la reflexión sobre el estado de las relaciones entre ustedes. Esto se viene desarrollando desde hace años.  Tendría que preguntarle: ¿cómo anda la intimidad entre ustedes? Es posible que haya un resentimiento de parte de su pareja por la falta de su disponibilidad para el sexo…  Por cierto, ésta no sería la única causa posible; también, en el fondo, pudiera tratarse de algún tema de la infancia de su pareja, de su sexualidad entrampada en el voyeurismo y la masturbación.

En fín, lo que trato de decirle es que se trata de un problema, de manifestaciones que, más allá de una reacción de descalificación, requieren de una comprensión más amplia, que los involucra a ambos, aunque principalmente a él. Pero, si él no acepta ir a consulta con un terapeuta, hágalo usted. Necesita revisar la situación de su vínculo de pareja y la dinámica que ésta ha ido adquiriendo en los últimos años. 

Si está en Lima, llame a FELIZMENTE, (teléfono 4453963), donde soy director y contamos con un excelente staff de terapeutas que la pueden ayudar (también a él).

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