Hola,
gracias por leerme.
Hace 3 años comencé una relación muy especial, quizá por que fue mi primera
pareja seria. Estuvimos 6 meses juntos y luego lo dejamos un mes y empezamos
algo serio. La relación duró un año y fue muy bien pero entonces yo me agobié.
Decidí que era todo demasiado serio, él siempre estaba en mi casa y me faltaba
espacio y si a todo esto le sumas que sentía algo por otro chico pues acabé
"dejando" la relación. Pongo dejando entre comillas por que nunca lo
hemos dejado de verdad, he estado con otros chicos y él con otras chicas y
seguíamos viéndonos.
Así, después de 6 meses decidimos volver a intentarlo, quedábamos regularmente
a escondidas de nuestras familias, ya que no queríamos que nadie sufriera mas,
si bien la relación estaba muy desgastada y la convivencia (sobre todo por mi
parte era imposible)
De esta manera un día decide dejarme, y a partir de ahí comienza mi infierno me
di cuenta de que le quería y de que no me imaginaba estar sin él, por eso
intenté cambiar, ser mejor de lo que era y poco a poco ir recuperándolo. En
este periodo han habido muchos muchos momentos malos, lo he pasado más que mal
había veces que nos acostábamos el viernes y el sábado ya me decía que no
estaba seguro de quererme, que solo era el momento caliente. Poco a poco estos
últimos meses he ido distanciándome un poco de él, intentando que me afectarán
menos las cosas y la semana pasada cuando se enfadó por que no me quise acostar
con él, decidí que no podía más.
Ahora está intentando arreglarlo, esta más pendiente de mi y dice que quiere
algo serio de verdad, pero ahora soy yo la que ya no sabe si puede. Me siento
mal por que creo que me comportó como una niña que cuando lo tiene ya lo no lo
quiere, pero creo que estoy saturada.
Estimada amiga, creo que lo que está ocurriendo es una de esas
historias en que, habiendo una intensidad demasiado grande de necesidad del
otro, termina generándose una paradójica urgencia de distancia. Es como que
ambos han llegado a darse cuenta de que pueden necesitarse demasiado como para
tolerarlo. El asunto es que les pasa a ambos y por eso se turnan en la toma de
distancia y en las iniciativas de búsqueda.
Es muy probable que de muy pequeños hayan tenido carencias
afectivas y vacíos que no se cerraron, por lo que se reactiva la necesidad de
cubrirse del riesgo de que se produzca la pérdida del otro que se siente como
necesitado.
Inconscientemente, sin proponérselo, surge la distancia y una
especie de desafecto que dura un tiempo hasta que aparece la sensación de
añoranza por lo perdido, se reactiva la búsqueda y vuelta a un círculo que no
termina. No pueden ni separarse ni juntarse. Ambos son sensibles, tremendamente
sensibles al abandono y a la dependencia, es un peligro muy grande y difícil de
manejar.
Conviene que se pongan a examinar juntos lo que sienten y se
propongan superarlo. Importa mucho tomar conciencia de la parte inconsciente que
se les moviliza. Sugeriría, además, que vayas a una psicoterapia psicodinámica,
vincular, para conocer un poco más de tus fantasmas. Muchas veces el que uno de
los dos maneje mejor sus cosas, deriva en que la pareja se estabilice.
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