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2015/10/21 Cambiando el Chip

Querido doctor,
Le escribo porque últimamente me encuentro desmotivada y angustiada. Ahora mismo estoy trabajando, pero tengo sólo contrato hasta diciembre y no creo que me renueven. Es cierto, que el trabajo no me gusta demasiado y que hay días que se me hacen duros, pero al menos tengo un sueldo a fin de mes. Desde que comencé mi carrera laboral y con la situación de crisis económica siempre he tenido periodos de paro y he acabado encontrando trabajo, pero nunca a largo plazo. Ya empiezo a tener una edad y me gustaría poder independizarme, irme a vivir con mi pareja, tener niños...pero veo que el tiempo pasa y que mi situación económica no me permite hacerlo. Además mi pareja se encuentra sin trabajo y a él le cuesta, por sus estudios, más que a mi encontrarlo. Por ello, me levanto angustiada y triste. No es la primera vez que experimento estas sensaciones, he tenido depresiones y he estado en tratamiento, pero el caso es que recaigo y la situación laboral precaria me empuja hacia esta situación una y otra vez. Me gustaría gozar de una estabilidad laboral para poder alcanzar la estabilidad emocional.


Estimada amiga, aunque no lo crea, todos tenemos dificultades en la vida.  La virtud del ganador es convertirlos en ventaja, atreverse a cambiar las situaciones poniendo todo de sí para lograrlo.  Algunas veces, como que tenemos una visión de nosotros mismos un poco apocada y nos vamos conformando con lo que nos llega en la vida, sin ponerle fuerza para que aquello se convierta en algo más.

En un pasaje de su relato dice que su trabajo no le gusta; y, dado que es un contrato hasta diciembre, está desmotivada. Pues bien, si le pone todo de sí, lo primero que puede ocurrir es que disfrute más de lo que hace en su trabajo actual.  Eso la hará sentir mejor.  No se trata del trabajo sino de que es algo que puede hacer por usted misma, de una actitud asertiva. Lo segundo que puede ocurrir, si cambia usted de actitud, es que alguien valorará más lo que percibe en su colaborador, en usted… y no desee que se vaya.

Las cosas no van a venir del cielo; uno las construye y tiene que hacerlo con entereza, no como una obligación, sino como aprovechando la oportunidad que le da la vida.

Mirarse a sí mismo en una situación en la que no se realiza o logra sus sueños, por supuesto que frustra y hasta deprime; pero, parece que recibe tratamientos para aliviar la situación y después recae.  Lo que no cambia probablemente usted es su actitud. Procure mentalizarse como una ganadora; mire más el lado valioso de si misma y de las cosas que le tocan en la vida; rodéese de gente positiva, trate de sonreír más a menudo, pero, sintiéndolo; aunque lo haga solo sostenida por el hecho de estar viva y tener la oportunidad de trabajar.  Atrévase a arriesgar y porga todo su empeño en que las cosas salgan bien.

Nada de lo fácil nos fortalece. No se olvide que si las cosas nos cuestan más conseguirlas, tendrá más merito el lograrlo y eso la fortalecerá. Vamos… a cambiar el chip, ¡eso se puede!


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