viernes

2015/02/10 El duelo inevitable

Buen día doctor.

Soy separada, pero debo admitir que sigo enamorada de mi ex esposo desde siempre, aún así lo dejé ir, porque nuestra relación era insostenible.

Él rehizo su vida, tiene otra familia, mujer e hijos.

La situación es la siguiente, él me pide que nuestro hijo estudie en el mismo colegio donde están sus hijos y entenados, cosa que no me convence, porque de alguna forma,a mi me duele verlo, me siento incómoda de verlo con su pareja, me duele pensar que mi hijo va a estar ahí, y que la gente comente que ahí está un hijo y en el otro salón otro y etc.

No quiero aceptarlo, no me parece correcto. ¿Cree que hago mal? Aconséjeme por favor.

Querida amiga, el más grande y principal problema es ese “enamoramiento” que dice aún siente por su ex marido. Debo entender que no ha dado espacio para hacer usted una nueva pareja….

Las mayoría de las veces, esta circunstancia corresponde más a una idealización, que pone por encima “lo bueno” y no las cosas que determinaron la ruptura, todo aquello que, dice usted, hizo la relación insostenible. Esto constituye de por sí un desencuentro con la realidad e impide que haga usted un saludable duelo.  Es algo similar a una adicción, donde la relación gira más en ese sentido: el de un apego sin posibilidad de separación, de término, de aceptación de que algo terminó y la vida continúa.

Creo que se trata de examinar también qué es lo que no funcionó –o, no funciona- en usted.  ¿Por qué se queda en ese rol de excluida, sin alternativa, mirando cómo el otro rehace su vida y quiere juntar a los hijos (lo cual me parece más bien saludable, justamente para que exista un sentimiento de igualdad y no de exclusión entre los chicos).

Creo que sería bueno que decida usted ponerse en campaña para recuperarse a sí misma. No tema volver a empezar; y, por otro lado, sería un error centrar su vida tan solo en función de su rol como madre. 

No estaría demás que tome unas sesiones de psicoterapia, para conocer un poco más de sí misma y del por qué no se anima a rehacer su vida de pareja. 

A veces, hay traumas tempranos de abandono, del padre o la madre, que nos predisponen a quedar pegados al otro. Otras veces, un sobre engreimiento de niños está en nuestro telón de fondo…  En fin, vaya y examine qué pasa con usted… Atrévase, el problema es ése y no que si se junta o no su hijo con sus hermanos.  La realidad es que son eso: hermanos.

No hay comentarios: