viernes

2014/04/10 Aprendiendo a vivir

Hola Doctor, me vengo tratando de bulimia desde los 21 años. Ahora tengo 24 y aun no acabo con esto (cASI 4 AÑOS!). Definitivamente estoy mucho mejor...tengo días en los que estoy perfecta... hasta pueden durar semanas o meses...pero no estoy curada porque aún no consigo estar por lo menos un año "clean" de estos hábitos raros y pesados que me hacen daño (más psicológicamente).
Le escribo porque tengo unas preguntas sobre mi situación...
Me voy a curar algún día? Volveré a ser una persona normal con la comida? Volveré a ser una persona feliz, tranquila, sociable y equilibrada (la mayor parte del tiempo)?
O mejor dicho ...volveré a poder ser lo que en verdad soy? Sé que yo soy todo esto (lo bueno y lo descontrolado) y que tengo que aceptarme y aprender a vivir con lo que soy, pero no entiendo por qué me cuesta tanto poner los pares en acción-cuándo debo hacerlo-. Sé lo que tengo que hacer para curarme (por eso me estoy tratando), sé lo que no debo hacer y debo evitar... pero al final yo misma me meto cabe y no puedo llegar a mi recuperación total.
Cada día que pasa me pregunto eso y más en mis días malos. En resumen mi pregunta es: por qué si la curación (que tanto quiero) depende de mi y ya sé como hacerlo no llega... por qué no puedo tratarme como sé que debo hacerlo, por qué no puedo llevar los buenos hábitos por más de 1 año...
Me frusta muchísimo seguir en este laberinto mío, sé perfectamente lo que tengo que hacer para encontrar la salida a "mi libertad" y no lo hago.

Gracias por leer mi comentario y los de todos.
Es realmente lindo ver que se toma el tiempo de leer y procesar los dramas de las personas, sin esperar nada a cambio,
Saludos,
Firu
Me caes bien, Firu… y no por los comentarios finales, que agradezco.  Eres tú, tienes algo que cae bien.
Cuando yo tenía 20 años murió mi padre y se desencadenaron en mí una serie de trastornos (pánico, fobias, depresión, etc.).  Por entonces era un estudiante de medicina  a quien no se le había cruzado ni remotamente la idea de ser psiquiatra… Esta muerte me afectó tanto que casi dejo de estudiar. En algún momento decidí (es un decir) que mis problemas no podían ser más fuertes que yo (y siguieron siendo fuertes), que no podía arrugar y seguí para adelante.

Le dediqué la carrera a mi padre… la especialidad en psiquiatría… la formación psicoanalítica… No, ésa ya no; ésa me la dediqué a mí…   Creo que lo que me sacó adelante fue simplemente perseverar en la búsqueda.  Me parece que recién empecé a encontrarme después de los 50…  Pero la vida se hizo entretenida hasta entonces.  Siempre iba descubriendo cosas mientras encontraba espacios en los que podía ser yo mismo, como éstos, en donde todo es gratuito y nada es forzado. Nunca, felizmente, aposté a la perfección.  Consideraba que lo que hiciera estaba bien, más que nada porque había puesto todo de mí parte en hacerlo.

Comparto esto porque creo que te puede servir.  Se trata de mirar adelante y aprender a valorar lo que logramos; y, levantarnos cuantas veces tengamos que caernos para aprender de la vida. Creo que también lo comparto porque siento que el hecho de abrirse y compartir es una de las vías más enriquecedoras de nuestro espíritu.  Poder llegar a intimar, a fluir en las relaciones, en la vida, es la cura para todo mal. Aún tengo angustias de vez en cuando; me acompañarán el resto del viaje. Algunos programas del cerebro funcionan en automático una vez que se instalan, pero podemos llegar a manejarlos mejor y sostener, sin mucho esfuerzo, un equilibrio.

Deja que aquello de ti, que percibo, adquiera plenitud, te tome el tiempo que te tome. Nunca dejes de buscarte (hay que aprender a “perderse”). La visión de uno mismo está siempre en juego. Importa “no creerse” demasiado. Esto, en algún momento, se traducirá en una humildad saludable (no humillante).

Te deseo lo mejor.


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