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2011/01/28 Un alto en la carrera

Estimado Dr, me llamo Andrea, tengo 23 años y padezco ansiedad desde que tengo uso de razón, tomo pastillas para controlarla desde los 13 años, con interrupciones. Hace un año fui al psiquiatra y me diagnosticó OCD, desde ese momento volví a tomar pastillas (amisulpirida, luego paroxetina). El hecho es que siempre he sentido que las pastillas no me ayudan. ¿Acaso necesariamente tiene que ser un problema bioquímico? Paralelamente hago terapia con una psicóloga de corte humanista. El problema es que el tiempo transcurre y siento que las obsesiones no se van, al contrario, siguen apoderándose de cada espacio de mi vida, sin tregua, sin compasión. Antes al menos fumar un cigarro, marihuana, o tomar alcohol obnubilaban por un momento las malditas obsesiones, ahora no es así. Si bien la idea del suicidio no ha cruzado por mi mente, esto es peor, pues me siento muerta en vida, con el único deseo de alejarme de este, mi mundo perfecto de obsesiones donde todo lo controlo, y correr, correr y no parar hasta llegar a Groenlandia ¿Qué debo hacer?

Estimada Andrea, haces bien en consultar. Ese viejo trastorno de ansiedad ha crecido con el tiempo y ahora tiene la forma de un desorden obsesivo. El reto mayor es no dejarlo crecer más, detenerlo y, en lo posible, buscar la remisión del problema.


Un detalle siempre necesario, es chequear con la persona que te prescribió el medicamento si el objetivo se ha logrado o no, si lo has tomado con regularidad, si ha habido oscilaciones en cuanto a los efectos, etc.

Una opción, siempre sugerible, es pedir otra opinión; incluso, una junta médica (varios colegas de la especialidad), que opinen sobre el diagnóstico y el tratamiento. Un buen pronóstico parte de un buen diagnóstico, además de un adecuado seguimiento.

Asegúrate que estás en buenas manos... Un efecto secundario de los medicamentos puede contribuir a la sensación de bloqueo emocional; no sé si eso te deja esa sensación de muerte en vida…

Aún así, es en este tipo de problemas cuando más indicado está el tratamiento combinado: psicofármacos y psicoterapia.

Si bien es poco menos que imposible pedir que no desesperes, tampoco es cosa de cruzarse de brazos. No dejes de tener en cuenta que tienes aún la vida por delante y dependes de cierta “garra” en perseguir (sanamente) tu bienestar. Con ese propósito, vale correr hasta la Patagonia... Es tu principal reto.

Conversa con los profesionales que te atienden y pon en claro el pronóstico, cuánto se ha avanzado y qué se puede esperar… o si sería mejor cambiar tu tratamiento.

Me gustaría saber por mail cómo te fue.

Te deseo una pronta mejoría.


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