viernes

2010/04/14 Pareja a la carta

Buenas tardes Dr.
Mi consulta es que estoy en un dilema porque siento como nunca antes lo he sentido que quiero formar una familia, ser esposa, tener mi esposo e hijos, sin embargo me agrada mucho mi libertad, pienso que debe existir un "marciano" que piense igual que yo (discùlpeme la bromita), estoy consciente de que tener una familia implica asumir nuevas responsabilidades pero creo que eso no debe significar perder la individualidad y espacio propio, por ej. todos los dìas antes de trabajar (soy Ingeniera) hago aeròbicos por salud y para estar en forma y porque me siento bien hacerlo, los feriados cojo mi maleta y me voy a donde me lleven mis pies, y asì tengo mis cosumbres. Sè cocinar muy bien, pero la verdad no soy fanàtica de la cocina ni de los quehaceres de la casa, paso la mayor parte de mi tiempo trabajando, por lo que solo me ocupo de ello los fines de semana, no me canso pero me resulta muy aburrido lavar platos, barrer, etc, en fin lo hago porque me gusta el orden y la limpieza (vaya mi admiraciòn para todas las amas de casa que trabajan un montòn); quisiera que me ayude para saber como abordar este asunto de saber respetar y comprender las respectivas individualidades con alguna futura pareja, actualmente no lo tengo, pero un pretendiente me preguntò si sabìa cocinar, tan solo el hecho que me lo haya preguntado me hizo sentir fastidiada, porque me pareciò que me lo preguntaba calculadoramente, y casi toda su converaciòn era en torno a las comidas, que tal o cual plato y postre le gustaban, me pareciò tediosa su conversaciòn, que diferente hubiera sido si me hubiera dicho que èl tambièn sabe cocinar ò aùn màs me hubiera agradado escuchar que quiere aprender. Pienso que las tareas de casa deben ser compartidas por ambos esposos, teniendo en cuenta que ambos trabajan y ambos se cansan, he escuchado decir que la mujer se da tiempo para todo y se las arregla para atender a su esposo e hijos aunque ella tambièn trabaje, me suena muy machista y muy facilista, lo que no se detienen a pensar los que lo dicen, es en el inmenso strèss que lleva consigo esa mujer. Yo no quiero casarme para ser una empledad encerrada en cuatro paredes, quiero casarme para compartir mi vida con alguien, y compartirlo en todo el sentido de la palabra, y porsupuesto seguir trabajando.
Le agradecerè mucho que me diga en detalle, como puedo decirle todo esto a mi futura pareja sin asustarlo, ojalà me encuentre con alguien con una mentalidad similar a la mìa para no tener que tomarme ese duro trabajo de hacerle entender mi posiciòn, ya que los hombres muchas veces son cerrados en ese aspecto.
Saludos


¡Qué solicitud tan difícil!

Debe usted estar convencida que las relaciones de pareja funcionan a la manera de un recetario de cocina! Aún así, no se olvide (a mí me gusta la cocina) que el mayor placer al preparar un plato es improvisar, hacer variaciones, arriesgar combinaciones de sabor, darle un toque personal… ¡y todo ello para satisfacer al comensal!!. No hay mayor placer para quien cocina que nuestros invitados disfruten de lo que preparamos para la ocasión.

Una fórmula casi infalible para que las cosas nos salgan bien en la cocina (y en la vida) es hacerlo con el mayor gusto, disfrutando de la tarea, realizándonos en cada cosa que hacemos, en cada detalle que agregamos. El disfrute simplemente crece cuando lo compartimos. Quizás es por eso que buscamos alguien con quien compartir.

Pareciera que está usted predispuesta en negativo, la siento como a la defensiva, el hombre se le antoja como un sujeto incierto con “aderezos” de machista. Luce, así, más como un rival con quien tiene que discutir las condiciones de un contrato de no agresión, que alguien con quien fluir en las intimidades de un encuentro anhelado.

Graciosamente, cuando se refiere a ese marciano que de repente la puede entender, me recuerda que alguien escribió “las mujeres son de Venus y los hombres son de Marte”. No sé si el título es exacto, pero allí el autor justamente se explaya en la necesidad de que nos demos cuenta de que somos diferentes. El pensamiento masculino y el femenino tienen sus peculiaridades y el reto mayor es integrarse en función de las diferencias.

Creo que, como muchas mujeres, ha desarrollado usted una posición de pretendida autonomía e independencia. Para formar pareja es necesario declinar en algo la subjetividad a favor de reconocer lo que el otro nos muestra, no adelantar prejuicios o imponer el imperio de cómo desearíamos que las cosas sean.

Descalifica usted con mucha facilidad y así no hay lugar para que el otro entienda qué es lo que realmente le quiso decir.

Tengo la impresión que necesita modificar su criterio respecto a los varones, conocerlos mejor, perderles el temor, desearlos sin conflicto. Pero, me parece que también sería bueno que conozca mejor a las mujeres, a usted misma. Explorar el mundo de las emociones, del amor, del dolor, de la ternura, de la emoción irreproducible de prodigar atención y placer al otro, gozando con ello, sin sentir que es una forma en que el otro se aprovecha de usted.

En fin, lea la obra que sugerí, la de los marcianos y las venusinas. Considere oportuno un paseíto por el diván de un psicoanalista… es como ir al gimnasio, pero para conocerse mejor a uno mismo.

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