Buenos dias Doctor
Morales,
Mi inquietud es la
siguiente, luego de pasar por los 20 ahora estoy en los 30.
He ejercido mi
profesión y me ha ido bien, ahora más que un profesional eficiente he llegado a
una posición donde ya no trabajo "solo", lo pongo entre comillas
porque siempre trabajé acompañado.
Me explico, de un
año hasta la actualidad mi posición aparte de profesional es la de líder, jefe,
con personal a mi cargo.
Por mi misma forma
de pensar y ser tengo claro que eso no es para arrastrar y humillar a las
personas, sino para dirigir un local, un proyecto y a unos empleados.
Doy directrices,
pero claro, me llegará el momento de percibir a un empleado sinverguenza o mala
gente.
Y como no se trata
de ser el buenazo sino hacer las cosas bien tal vez deba llamar la atencion o
despedir a alguien.
Son cosas delicadas.
¿Algún tip o consejo
al respecto?
Me interesa tener
eso aclarado y actuar bien.
En principio,
felicitaciones por una carrera exitosa.
La experiencia de
liderazgo es un adicional particularmente grato si nos surge espontáneo y
natural. Es una extensión de la vocación de servicio y enriquece nuestra
experiencia humana. Sin embargo, ser líder y justo, no significa ser bueno (en
el sentido de bondadoso o “buenón”). Justamente, parte de la responsabilidad
del líder es cuidar el equilibrio del grupo y el sentido de la búsqueda en
común.
En ese camino, muchas veces tenemos que llamar la atención al que se sale
de la pauta o, peor aún, al que interfiere la labor del grupo. En muchos casos puede
tratarse de gente que necesita de un tiempo para adaptarse y se aviene bien a
las indicaciones correctoras del líder; en otros casos, simplemente no dan la talla y
no engranan con el espíritu que se trata de cultivar. Con otros, puede ocurrir que
pueden ser oposicionistas o negativamente competitivos y, en esos casos,
tenemos que tomar medidas correctoras que nos sacan de la lectura corriente de “buenos”.
Pero éso es lo que corresponde. La agresión es necesaria, es indispensable para construir los
límites, para sostener la orientación de la propuesta compartida.
Por lo que cuenta,
es posible pensar en que es usted justo; pero, es posible que tenga algún temor
respecto a causar daño a los demás. A la hora de tomar decisiones, por tanto,
si tiene alguna duda, compártala con sus jefes o pares. Pero, si la conducta
del cuestionado es evidente, lo más probable es que su comportamiento se
refleje en otras actividades o en las relaciones con los demás (por ejemplo, que se trate de una persona manipuladora o que no cumpla con lo que propone).
Creo que le irá
bien. Nunca pierda la noción de que es usted parte de un grupo, que las
decisiones “delicadas” tendrán que llegar y nos toca asumirlas; es el lugar del
jefe; no hacerlo perjudica no sólo al grupo, también es hacerle un mal a quien
necesita enterarse de que no está haciendo las cosas como debiera.
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