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2013/10/16 El sexo como instrumento de control

Estimado doctor: Tengo 10 años de casada y tres niños. Considero que mi relación de pareja es muy buena, sin embargo, nuestra vida sexual siempre ha sido objeto de las mayores peleas. Salvo los primeros meses de enamoramiento, no he vuelto a sentir ningún tipo de deseo sexual. He llegado a pensar que podría pasar el resto de mi vida sin tener sexo y sería feliz. Siempre encuentro excusas para evitarlo. Me he analizado mil veces, y he llegado a culpar al stress, a los hijos, a las dificultades económicas, a que mi esposo a veces no cumple con mis "estándares", etc. Yo inicié mi vida sexual a los 13 años, porque quise hacerlo, nadie me obligó. Tenía mucha curiosidad y siempre tuve parejas que me decían que no podíamos tener sexo porque "era malo" o "me iban a dañar porque yo era muy joven", pero siempre era yo quien insistía hasta que lo conseguía. Sin embargo, para mi el placer estaba en conseguir que estas parejas hicieran lo que yo quería. Ahora, el sexo me parece "sucio" (literalmente, me da asco tocarme o tocar a mi esposo), me da "flojera", etc. Adicionalmente, nunca he tenido un orgasmo en mi vida. Quizás si sintiera lo que dicen que se siente, tendría más ganas o me daría menos "flojera", pero para mí es una pérdida de tiempo. El hecho es que esto ya nos está causando problemas de pareja. Mi esposo tiene su autoestima por los suelos porque siente que él no despierta nada en mi. Gracias a Dios es un hombre bueno y me ha aguantado y esperado todos estos años, pero me imagino que es una tortura para él vivir así. Cada cierto tiempo tengo que aceptar tener sexo con él y hago mi mejor esfuerzo en hacerlo con ganas, pero me cuesta muchísimo. Lo hemos conversado, la situación mejora unas semanas, pero siempre volvemos a lo mismo. Esto es algo que podamos resolver juntos?? Algo que pueda resolver yo sola?? Yo amo a mi esposo. Lo veo y me "derrito". Más allá del tema sexual, nos llevamos excelente. No sé qué puedo hacer. No quiero seguir haciéndole daño.




Querida amiga, lo que nos cuenta es una historia de desencuentro con su sexualidad. Aunque aparentemente se inicia muy temprano y por propia iniciativa, no parece que la acompañara el deseo y mucho menos el éxtasis de la culminación. Todo parece haberse centrado en el sentimiento de demostrarse y demostrar que puede hacerlo y, más aún, demostrar a los espantados candidatos que estaba usted “por encima del bien y del mal”; ellos, pobres, con sus fantasías de hacerle daño y usted tan oronda…

Ya desde entonces parece estar desconectada del sentido natural de su sexualidad; el placer es el poder disfrutar de hacerlo. Es posible, aunque no lo relata así, que el resto de su vida erótica haya transcurrido como la realización de una trama programada: tener un marido bueno (que la mantenga y aguante), hijitos… y después... ¿sexo “para qué”?

Es como que la sexualidad no adquirió grado de adultez. Su actual rechazo y asco al sexo, visto como sucio, pueden deberse a que está entrampada en una sexualidad infantil que necesita destrabarse.

Tengo la impresión de que está buscando que las cosas sean más reales, que esté usted más conectada consigo misma y con el sentido de las cosas; quizás, incluso, con aprender a relacionarse de otra manera.

En cualquier caso, le recomiendo que se dé una oportunidad de consulta más amplia con un psicoterapeuta psicoanalítico. Creo que le vendría bien hacer una terapia que la ayude a integrarse mejor.

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