Un cordial saludo doctor y muchas gracias por todo.
Perdone la extensión, en el comentario anterior recomienda
eso de encontrarse a sí mismo y esa es mi pregunta: ¿cómo lo hago?, ¿cómo
descubrir quién soy?, ¿cuál es el propósito de mi ser?; tengo 31 años con una
vida ya casi realizada y siempre pensé que lo tenía claro; desde que tengo
memoria mi deseo era formar un hogar bien integrado y dar bienestar a mis seres
queridos y demás personas, aun no he concretado eso(y deseo hacerlo) pero me
doy cuenta que eso no lo es todo, hay algo adicional, algo más, algo que es muy
importante para nosotros y que será de mucha utilidad para los demás; pero me
es difícil encontrar mi camino, me examino desde mi infancia, reflexiono,
pienso en mis destrezas naturales, lo que me gusta hacer y me confundo, tengo
temor de volver a elegir mal -no puedo darme ese lujo- gracias a Dios he tenido
talento en muchas áreas y no se cuál explotar y poner al servicio de los demás,
trato de no preocuparme por lo económico porque sé que eso alterará mis
decisiones y no me dejará ser lo que en verdad soy. A los 16 ingresé a la univ.
y en ese entonces no pensaba en cuánto voy a ganar sino qué voy a aportar, esta
carrera fue decepcionante (quizá no tuve buenos maestros) no era lo mío pero
aun así lo llevé bien; me da mucha pena ver que ahora las personas dan mucho
valor al tener, muy materialistas, muy consumistas... Si debo hacerlo estudiaré
una segunda profesión o haré lo que sea necesario, quizá ya no sea tan listo,
rápido o creativo como cuando tenía 16 pero mi espíritu de no rendirme sigue
intacto. Le conté esto a mi Padre y le salieron las lágrimas, se dio cuenta que
por estar muy preocupado en afanes de la vida había descuidado su propio
camino...Oriénteme por favor. Gracias
Estimado:
Quizás el primer paso al encuentro con uno mismo es la
conciencia del desencuentro. Lo frecuente en nuestro desarrollo es el deseo de
recorrer el mapa que nos conducirá al tesoro de ser… y, de pronto, nos damos
cuenta de que todo se reduce a hechos, “realizaciones”, que no necesariamente
reflejan el sentido de nuestra búsqueda.
Suele ser que sintamos algo como un vacío, ese “algo falta”
al que usted se refiere.
No siempre se trata de que hayamos estado haciendo lo
incorrecto o equivocado. Es más, es posible que hayamos desarrollado
talentosamente una vertiente profesional o laboral para la que estamos dotados…
pero nos cuesta sentir que el ejercicio nos llena, algo falta. Ocurre que nos
sentimos decepcionados con la tarea y/o con nosotros mismos. Entonces, a
emprender una nueva ruta (¿quimera?).
Cuando usted menciona “que no se rinde”, induce a pensar que
está luchando contra algo, una suerte de adversidad que hace que el camino no
sea, por ejemplo, algo como simplemente fluir y realizarse en el simple
expresarse a sí mismo en lo que hace. En ello tiene un mérito especial el
valorar el calor o la pasión que uno le pone a lo que hace, realizándose en el
día a día.
Otra de las cosas en las que pone cierto énfasis es en el
mundo materialista en el que nos desarrollamos. Éste parece un punto crucial,
usted anhela un desarrollo que tenga que ver con la sensibilidad humana, con el
vínculo, con la amistad o la familia. Esto se ve claramente en su anécdota de
lo que le ocurrió al conversar del tema con papá: él se puso a llorar,
consciente de que le pasó lo mismo que a usted; estaba tan dedicado a la
búsqueda de su camino, que no tuvo tiempo para acompañar a su hijo en su propio
desarrollo, en lograr una mayor intimidad con usted.
Quisiera aclarar esto último. Ocurre con muchísima (y
lamentable) frecuencia que los padres nos comportamos de manera responsable y
somos capaces de preocuparnos de que no les falte nada a nuestros hijos, pero
algo falta en ese esquema responsable y es que la intimidad simple, la relación
sencilla y natural no siempre está presente. El apoyo que recibimos es útil, pero
nos falta esa presencia dispuesta sin concesiones, distinta a la presencia
preocupada.
Lo dicho es más complicado si ingresamos en el escenario del
período más temprano de nuestro desarrollo, cuando se sientan las bases de las
relaciones afectivas futuras. La relación con mamá tiene que ser muy
“conectada” para activar nuestros talentos básicos emocionales. En fin, el tema
es largo y su nota da para muchas reflexiones.
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