viernes

2018 02 09 Ser con uno, ser uno (ser sin-cero)

Soy casado, ella es casada (y muchos años más joven que yo, es tremenda mujer y yo soy un tipo del montón, pero bueno en cada trabajo que hago) trabajamos juntos en proyectos profesionales desde hace tres años, el primer año solamente éramos buenos colegas pero en algún momento del segundo año me dí cuenta que la extrañaba cada vez que faltaba al trabajo por otras obligaciones. Una vez nos excedimos de lo profesional y nos divertimos mucho sacándonos fotos durante un recreo de trabajo, su gesto en las fotos es de felicidad total, las borré de mi computadora para no extrañarla más... y después de eso me contó que había sufrido siendo madre soltera y que no veía claro su presente. Yo le dije que la veía muy bien con su actual marido y su nueva casa y me recalcó que legalmente la casa era de él... Ella tomó un nuevo rumbo profesional pero siempre colaboró en forma virtual, en diciembre le dije que la mejor forma de despedir el año era charlando un rato con ella, le propuse que simplemente pase por la puerta del trabajo -vive cerca- y me contestó "me encanta la idea de ir a tomar algo" (yo no dije ir a tomar algo) no se dio por viajes y vacaciones de ella, durante las que me escribió 'todos los días' a veces de madrugada. me dí cuenta que yo estaba volviendome loco y todo iba a terminal mal, pero necesitaba verla. Como si nada hubiera pasado, quedamos que ahora sí, ya de vuelta de sus vacaciones nos encontrariamos a la salida del trabajo, me escribió "estuve todo el día pensando en vos, nos vemos a la tarde?", y pasó y nos fuimos a sentarnos a la orilla de un río, lejos de todo el mundo, comiendo frutas,tenía muy poco tiempo para hablar y le dije que estoy loco por ella pero que no quiero que se me note más entre otra gente, que la diferencia de edad no es algo menor y que quiero seguir siendo su colega, y no romper mi familia, pero ella tiene que saber lo que me pasa. Simplemente pasó a decirme que se quería ir, tuvimos un viaje de vuelta de 15 minutos en los que hablamos DE TRABAJO! y luego me escribió diciendo que no quiere saber más nada de mí ni como compañero de trabajo ni nada, por respeto a las familias (dejando en duda si me respeta a mí o no) y que nunca más le pase un mensaje, lo que estoy cumpliendo pero estoy muy dolido, ¿está mal ser sincero?


En el título, juego con las palabras… Siempre es mejor la sinceridad, aunque las consecuencias no sean como esperábamos.

Pero, ¡hay tantas cosas que sincerar en lo que usted comparte!. En principio, es evidente que ambos se sintieron atraídos por el otro, progresando hasta los linderos del sentirse parte de la vida del otro. Extrañarse, escribirse hasta de madrugada, etc. lo muestran así. Incluso ese giro que remarca usted agudamente, cuando relata que ella dijo “me encantaría salir a tomar algo” muestra, sin duda, que se deslizaron deseos, inconscientes… o conscientes… no sé. 

Suele suceder que en algún momento, al estar muy cerca de traspasar el límite, uno se asusta y pone freno.  Mientras más intenso el miedo que se siente, más  drástico será el freno; de allí que ahora el corte sea tan radical.

Algo que usted mismo ha visto en riesgo es la estabilidad de su matrimonio. La intensidad de este vínculo ya lo estaba poniendo en riesgo, de allí que ha manejado las cosas de forma tal que tenía un pie en el acelerador … y otro en el freno, de manera permanente. De lo cual resulta que, en el momento en que pudieran haber pasado “cosas” entre ustedes, pisaron con más fuerza el freno, soltándose solo ante las garantías de la distancia, extrañándose, escribiéndose. Así es que ha hecho usted esfuerzos heroicos por mantener su estatus familiar… ¡toda una renuncia!

Lo otro que cabría mencionar es que siente usted que todo esto se debería a que es usted “uno del montón”… Supongo que son cosas que tendrá que procesar en su vida en el sentido de la lectura de sí mismo, de su valor como persona. Si le resultó atractivo a esta amiga, además, por tanto tiempo, es que tiene usted de donde atraer… y eso supone que debe tener sus “rasgos especiales": don de gentes, amabilidad, responsabilidad atractivo…. A ello podemos sumarle el motivo del título de la respuesta que le hago: “ser con uno” o “ser uno”, es decir, ser auténtico, ser íntegro, ser honesto consigo mismo lo suficiente como para ser sincero con ella… El asunto es que sincerar las cosas activó la alerta roja y las labores de rescate con relación a las respectivas familias en riesgo.

Entonces… a otra cosa, pero, guardando un grato recuerdo de lo que pasó y… siéntase bien consigo mismo, es usted digno de un aprecio fino, íntimo, pero sin perder valores ni lealtades, los que, evidentemente antepone a la tentación del impulso (como Ulises frente a la Isla de las Sirenas). 

Algunas veces uno se sincera para que termine la tortura de la indefinición.  Si se explicita lo que uno sabe que está pasando, se acaban así los juegos ambiguos… ¡Y así fue! Ahora estará más tranquilo…

Un fuerte abrazo.

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