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2018 01 12 Aprendiendo a amar…

Buenas noches, tengo una relación de 8 meses con un chico menor que yo él tiene 24 y yo 29. ambos nos conocimos en el trabajo pero ahora cada uno labora en distintos lugares. al principio era muy atento siempre mostraba interes por mi, pero nunca fue detalloso pasaron los meses y me e adaptado a su frialdad pero a veces es muy frio conmigo muy despota al momento de hablar. tengo una buena relación con su familia tanto la del padre como la madre, la mamá me comenta que el es frio porque de pequeño veia como el padre la trataba mal y que tambien los golpeaba a ambos. a veces a él le cuesta demostrar cariño delante de sus padres cuando esta conmigo y es cuando me trata como si fuera una amiga no hay un cariño, en otras ocasiones si demuestra. estamos bien unos días y otros no. no se como lidiar ocn una persona así yo soy muy cariñosa, detallosa, a veces soy engreida lo admito. y cuando peleamos me pongo a llorar y él me dice que debo ser fuerte porque no me esta haciendo nada malo y que quiere que sea más segura de mi misma. Por favor aconséjeme no se que hacer.

  
Estimada amiga, hay detalles en el querer que se expresan de una manera en el hombre y de otra forma en la mujer.  Eso en parte viene de nuestra mismísima naturaleza y en parte de nuestra formación social o familiar.

En general, las mujeres son más sensibles, mas afectuosas y tiernas, más ligadas a la devoción por el otro, cosa que las hace tan indispensables para la maternidad. Esto tiene incluso un correlato en la estructuración de su cerebro.  Las mujeres tienen un predominio de funcionamiento de su hemisferio derecho, que es el “cerebro emocional”. Los hombres, en cambio, tienen un predominio de funcionamiento desde su hemisferio izquierdo, que es más racional.

La historia personal de cada quien acentúa estas tendencias básicas, pero ninguno de los dos es ajeno a la búsqueda del amor, del afecto, del cariño y la ternura del otro. Esto constituye el gran reto de conocerse a partir de sus diferencias, de no frustrarse tanto si el otro no es como yo quisiera que sea. La madurez en el amor logra que esta interacción sea equilibrada y que uno sepa “leer” tanto a su pareja como a sí misma.

Por ejemplo: él parece esperar que usted sea “mas fuerte”, que no muestre tanta fragilidad emocional… quizás esperaría que sea como él (aunque en el fondo debe rezar porque esto no ocurra) y el reto para usted quizás sea que no deje de ser como es, pero con alguna regulación emocional que no la convierta en “fría” (o sea, igual a él). 

Cuando logramos comprender las formas del sentir maduramos y aceptamos al otro como es… Casi siempre esto lleva a que el otro, de alguna manera, “afloje” su coraza cuando nadie lo fuerza a hacerlo. 

Lo mismo vale para usted. El ir comprendiéndose y no sintiendo tanto la importancia de que él la apruebe o desapruebe, o que pueda haber un cierto grado de fricción sin que la afecte tanto, favorecerá el que pueda ir prevaleciendo la mujer, por encima de una niña que se asusta porque no entiende y se confunde.

El amor es un proceso de conocimiento, es esa inteligencia que nos ayuda a embarcarnos en la vida en un proceso de maduración que nos enriquece, que nos hace cada vez más inteligentes emocionalmente, logrando de a pocos la madurez y la sabiduría que es la garantía de poder mantener una relación en el tiempo… o, por qué no, cortarla si no amerita la continuidad saludable, sin que esto derive en una secuela de resentimientos  o traumas insalvables.

Espero le sean útiles estas reflexiones.


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