Tengo
un niño de 5 años y llevo 3 años intentando convencer a mi pareja de tener otro
hijo. El se niega alegando que se siente mayor (tiene ahora 53 y yo 40) y no
quiere, dice que ya ha tenido uno a regañadientes y no quiere más. Por el no
hubiéramos tenido ninguno, pero vino y ya no tenía solución. No ponemos
barreras para no tenerlo. El confía en que con su edad y mi edad es
prácticamente imposible que me quede embarazada. Yo empiezo a sospechar que se
ha hecho la vasectomía.
El
ginecólogo me dice que me estoy quedando sin tiempo, que no es imposible, pero
necesito que el ?ponga? algo de su parte. El primer paso sería hacerle un
estudio a él para ver si es fértil y luego escoger los espermatozoides más
resistentes de mi pareja. Cosa que el se niega.
Me
siento deprimida. Siento que se me pasa el tiempo y que no voy a conseguir
quedarme embarazada. Y me voy a arrepentir en unos años y ya no habrá solución.
Soy yo la que me encargo de todo lo relacionado con el niño, no le quita
tiempo, el sólo se aprovecha de lo bueno, del resto me encargo yo. De la
educación, la vida social, jugar, contarle cuentos? y con el segundo hijo, las
cosas no va a cambiar para él. Estoy pensando en hacerme la inseminación
artificial y darle el hermano que tanto ansía a mi hijo y yo el hijo que tanto
quiero. Pero no sé cómo afrontar luego el tener un hijo de un padre
desconocido. Cómo se lo voy a explicar a los niños y a mi entorno familiar y
social.
Esto
me está consumiendo, ya que sería romper una relación de muchos años pero me
parece que es muy egoísta por su parte. Yo he cedido en todo.
Es
un reto su consulta mi querida amiga. Lo usual es que los padres de un hijo
estén de acuerdo en tenerlo. Las razones por las que su marido es renuente a
esta posibilidad escapan a la simple comprensión del “no quiero”. La actitud
puede tener que ver con características de su personalidad derivadas de su
experiencia infantil; y, usted ha recurrido a adaptarse a él durante toda la
experiencia matrimonial.
Quizás el reto de ser madre “pese a él” igualmente
represente “algo más”, una suerte de reformulación de su posición en la relación
de pareja, algo menos parecido al sometimiento para sostener la relación.
Anticipa
usted una inseminación por cuenta propia pero con extensiones culposas (“cómo
explicar a los hijos”). Me parece que, más allá del natural deseo de tener otro
hijo, habría que preguntarse si la vida personal tiene sentido para usted y si no estará llenando vacíos con un nuevo embarazo. No digo que sea así, pero
sería bueno tener en cuenta qué pasa con su persona más allá de ser madre o
hacer cosas para terceros.
Creo
que amerita consultar con alguien más allá del ginecólogo; puede ser que un
psicoterapeuta le ayude a comprender mejor alguna otra razón de su coyuntura
existencial. Necesita, también, examinar más a fondo la posible quiebra matrimonial.
Suerte.
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