2019 06 21 Ser o no ser

Hola tengo 16 años y pues lo que pasa es que me gusta vestirme de hombre y de mujer a la vez, orinó como niño y siento agradable aunque de nacímiento soy niña desde los 13 me considero alguien sin genero

Eso no se si implica por tener una enfermedad mental.

Ayudeme es normal sentir esto?

Hola, tu pregunta me es un poco difícil de contestar, ¿qué es normal y qué no lo es? Es algo que resulta cada vez más relativo en esta época.  

Supongo que podemos optar por considerar como una persona normal a alguien que actúa de acuerdo con el género que siente que lo define naturalmente (que no es lo mismo que el sexo con el que nació), sin imposturas; que es coherente consigo mismo y que encuentra un sentido en la vida; que puede relacionarse con los demás empáticamente, tener sensibilidad más allá de sí mismo, poder sentir compasión, ser leal, comprometerse y contar con aquellos  valores que nos llevan por el camino de la plenitud y la paz interior.

La definición personal por la vía del género, pudiera derivar a una forma reactiva (sin género) y sin consistencia. Pudiera ser producto de una forma de evitarse el problema de estar confundido. Es como decir “soy ateo” y jurarlo por dios. Si uno es consistente en su ateísmo, su vida será consistente y coherente con lo que la persona es y cree.  Si uno es coherente con el que siente que es su género, su vida será consistente y coherente con lo que la persona es.

La manera en que uno se sienta y, los demás también, nos dará una idea de que vamos por buen camino, que nos podemos adaptar a la vida y llegar a hacernos cargo de nosotros mismos y de lo que elegimos como nuestro sentido de ser.

A tu edad, podría ser recomendable revisar estos temas con un psicoterapeuta. En la interacción directa, personal, puede uno hacerse una mejor la idea de lo que puede estar pasando en la mente de quien nos hace una consulta como la que me haces. De hecho, es una consulta saludable. Las personas saludables siempre se interrogan, mientras que las convicciones cerradas suelen ser enfermizas.

En estos tiempos en que la realidad virtual abre demasiado las posibilidades de lo que puede ser o no ser, las experiencias que integra el cerebro pueden parecerse más a lo incorporado desde los animes que a la realidad. Hay poca interacción con las demás personas, menos juegos, menos contacto físico; eso influye a veces en que tengamos resultados poco claros en relación a lo que somos o a lo que creemos ser.