Hace un
tiempo conocí un chico con el que me llevaba muy bien y con quien al final
abrimos nuestros sentimientos: nos dijimos lo que sentíamos el uno por el otro
y acabó en beso. Después de eso, por cosas de faena hemos estado unos 4-5 meses
sin vernos, solo hablar alguna vez por redes, no mucho.
Hace
unas dos semanitas nos volvimos a ver y estuvimos hablando toda la mañana que
nos vimos y fue como si no hubiese pasado el tiempo, todo seguía igual, pero no
hubo ni beso ni nada. Hecho que creo que es normal porque con el tiempo que
hacia que no nos veíamos, tampoco sabíamos que podría pasar entre nosotros. Así
que aquél día hablamos mucho, pero no pasó nada.
Mi
preocupación es que no sé si todo puede seguir igual entre nosotros. Aunque
haya pasado ese tiempo, yo siempre pensé en él y me sigue gustando igual. Pero
no sé si a él le pasa lo mismo, y me preocupa, porque al principio, todo era
muy bonito.
Gracias
Los encuentros humanos
tienen su "timing", su momento ideal, para que adquieran otro nivel,
en particular en lo que respecta a cercanía íntima. Muchas veces, nuestros
temores -o falta de experiencia- hacen que estemos controlando nuestras
expresiones “para que el otro no vaya a pensar…”, siendo que, justamente, son
momentos para deslizar el mensaje afectivo que conecte con la emoción que el
otro, quizás por razones similares, está inhibiendo.
A veces, es prudente darle
tiempo a la situación, pero no demasiado. En el ínterin de estas distancias hay
lugar para que, en la comunicación, se deslicen tonos de ensayo que nos
permitan ver si el otro conecta en la misma frecuencia. El riesgo es que, si
por alguna razón, nuestro candidato tiende a no comprometerse emocionalmente,
terminemos ubicados simplemente en el lugar de “buenos amigos”.
Por cierto, es importante
darnos cuenta si nuestro elegido da señas de interés… uno podría ser más
directo en la comunicación. Por ejemplo: “estuve pensando mucho en la
última vez que nos vimos…” y sincerar la situación.
No condene la situación a la
pura especulación de lo que pudiera estar pasando en la mente del otro. Si
verdaderamente le gusta, no sea tibia, tome una acción resolutiva, una
invitación a un cafecito o algo así, y entre a conversar más sinceramente…
Pero, si percibe que “se enfrió” y que solo fue cuestión de circunstancias…
habrá que aceptarlo… y a otra cosa. No se la pase rumiando y saque algún
aprendizaje de la experiencia, pero para nada se reproche, ni decaiga en su
autoestima. Son cosas que pasan, justamente, para que aprendamos el difícil
arte de hacer pareja.
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