viernes

2018 10 29 Agua que quieres beber… no la dejes correr…

¡Hola!
Hace un tiempo conocí un chico con el que me llevaba muy bien y con quien al final abrimos nuestros sentimientos: nos dijimos lo que sentíamos el uno por el otro y acabó en beso. Después de eso, por cosas de faena hemos estado unos 4-5 meses sin vernos, solo hablar alguna vez por redes, no mucho.
Hace unas dos semanitas nos volvimos a ver y estuvimos hablando toda la mañana que nos vimos y fue como si no hubiese pasado el tiempo, todo seguía igual, pero no hubo ni beso ni nada. Hecho que creo que es normal porque con el tiempo que hacia que no nos veíamos, tampoco sabíamos que podría pasar entre nosotros. Así que aquél día hablamos mucho, pero no pasó nada.
Mi preocupación es que no sé si todo puede seguir igual entre nosotros. Aunque haya pasado ese tiempo, yo siempre pensé en él y me sigue gustando igual. Pero no sé si a él le pasa lo mismo, y me preocupa, porque al principio, todo era muy bonito.
Gracias



Los encuentros humanos tienen su "timing", su momento ideal, para que adquieran otro nivel, en particular en lo que respecta a cercanía íntima. Muchas veces, nuestros temores -o falta de experiencia- hacen que estemos controlando nuestras expresiones “para que el otro no vaya a pensar…”, siendo que, justamente, son momentos para deslizar el mensaje afectivo que conecte con la emoción que el otro, quizás por razones similares, está inhibiendo. 

A veces, es prudente darle tiempo a la situación, pero no demasiado. En el ínterin de estas distancias hay lugar para que, en la comunicación, se deslicen tonos de ensayo que nos permitan ver si el otro conecta en la misma frecuencia. El riesgo es que, si por alguna razón, nuestro candidato tiende a no comprometerse emocionalmente, terminemos ubicados simplemente en el lugar de “buenos amigos”.

Por cierto, es importante darnos cuenta si nuestro elegido da señas de interés… uno podría ser más directo en la comunicación.  Por ejemplo: “estuve pensando mucho en la última vez que nos vimos…” y sincerar la situación.

No condene la situación a la pura especulación de lo que pudiera estar pasando en la mente del otro. Si verdaderamente le gusta, no sea tibia, tome una acción resolutiva, una invitación a un cafecito o algo así, y entre a conversar más sinceramente… Pero, si percibe que “se enfrió” y que solo fue cuestión de circunstancias… habrá que aceptarlo… y a otra cosa. No se la pase rumiando y saque algún aprendizaje de la experiencia, pero para nada se reproche, ni decaiga en su autoestima. Son cosas que pasan, justamente, para que aprendamos el difícil arte de hacer pareja.

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