Soy madre de una chica de 15 años y
estoy preocupada por su falta de control del dinero.
Nuestra posición económica es buena,
pero desde que ha entrado en la adolescencia sus gastos se han descontrolado.
Siempre está pidiéndome dinero para ropa, complementos y otros caprichos. Lo
peor de todo es que siempre está inventando las historias más increíbles para
pedir dinero. Todas las semanas tiene algún cumpleaños, alguna fiesta de
despedida, necesita dinero para material de alguna actividad del colegio o algo
así.
Llevo tiempo completamente saturada de
estas cosas.
Hace unos días, ya mi paciencia se acabó
cuando iba con ella en el coche, y me dijo que pararamos en una estación de
servicio porque tenía que ir al baño ya que tenía la regla y tenía que cambiarse.
Esto me extrañó, ya que la había tenido la semana anterior. Normalmente siempre
que paramos suele aprovechar para comprar algo en la tienda y así sacarme un
poco más de dinero. Yo en lugar de eso pare en un sitio apartado, anduvimos un
poco entre los árboles hasta un lugar en el que no nos veía nadie, le revisé y
tenía las bragas limpias, ni siquiera tenía puesta la compresa. Entonces le
dije que la próxima vez se invente otra historia, que esa se descubre muy
fácil.
No sé si me excedi con ella, pero tiene
que entender el valor del dinero.
Agradecería sus consejos para gestionar
esta situación.
Estimada, es posible que la conducta de
su hija obedezca a razones que ella misma desconoce, mas aun tratándose de una
adolescente.
Miremos algunos detalles: su desmesura en los gastos puede tener que ver con una necesidad de satisfacción que no se aplaca. Bien podría estar atrapada en una bulimia o algún otro descontrol. Por otro lado, puede corresponder al uso fútil de algo que ha recibido en abundancia y sin límites (dinero). Quizás valga la pena preguntarse “¿qué me está pidiendo mi hija?” Lo más probable es que quiera atención, afecto, cuidados en un momento en que todo se remece en su interior debido al crecimiento y el pasaje de niña a mujer.
En este punto, fijémonos que el episodio de “la regla” culmina con que usted se aproxima a revisar su intimidad, en la intimidad… ¿será que requiere algún acercamiento “entre mujeres”?.
Miremos algunos detalles: su desmesura en los gastos puede tener que ver con una necesidad de satisfacción que no se aplaca. Bien podría estar atrapada en una bulimia o algún otro descontrol. Por otro lado, puede corresponder al uso fútil de algo que ha recibido en abundancia y sin límites (dinero). Quizás valga la pena preguntarse “¿qué me está pidiendo mi hija?” Lo más probable es que quiera atención, afecto, cuidados en un momento en que todo se remece en su interior debido al crecimiento y el pasaje de niña a mujer.
En este punto, fijémonos que el episodio de “la regla” culmina con que usted se aproxima a revisar su intimidad, en la intimidad… ¿será que requiere algún acercamiento “entre mujeres”?.
Es momento de un cambio en el
acercamiento. Que éste sea sincero, abierto, “sin mentiras”, con posibilidades para la
comprensión y la confianza.
A veces, a los padres se nos hace difícil hacer un propio autoanálisis para examinar la forma en que nos hemos estado relacionando con nuestros hijos.
De cualquier manera, la conducta sintomática de su hija es una invitación a comprender más que a censurar. Se trata de poner límites como contención, pero sostenidos por el cariño más que por el castigo. Que ella sienta que vale para ustedes, que el valor que está sosteniéndola, la satisfacción material…, no vale lo que ella.
A veces, a los padres se nos hace difícil hacer un propio autoanálisis para examinar la forma en que nos hemos estado relacionando con nuestros hijos.
De cualquier manera, la conducta sintomática de su hija es una invitación a comprender más que a censurar. Se trata de poner límites como contención, pero sostenidos por el cariño más que por el castigo. Que ella sienta que vale para ustedes, que el valor que está sosteniéndola, la satisfacción material…, no vale lo que ella.
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