Hace
tres años que vivo con mi novio.
El
no se ha divorciado de la mujer aun, por lo tanto ella lleva su nombre, vive en
su casa y el la mantiene. Tanto asi que tiene adicionales de sus tarjetas de
credito y ademas maneja su cuenta de sueldo, El le paga empleadas en la casa,
masajes y sus demas gastos.
Yo
vivo con el y el mantiene la casa pero no a mi, yo veo por mis gastos
personales con mi trabajo.
Cada
vez que le menciono que las cosas no estan siendo equitativas y le pregunto
cuando se divorciara, discutimos, y me dice que estoy haciendo un mundo de la
nada, asi que he optado por no mencionar el tema y fingir que no me afecta.
Pero si me afecta. Me siento una huesped en esta casa y me llena de tristeza
ver que hago un papel triste, desairado, de amante. Esto esta afectando la
imagen que tengo de el y el deseo sexual ha disminuido de mi parte. No se como
hacerle entender mi punto de vista porque es como hablar con una pared.
Gracias
por su consejo.
Estimada amiga:
El matrimonio de su novio ha existido desde antes. Ha
ingresado usted en el espacio afectivo personal de su novio, sabiéndolo, pero probablemente
aupados ambos en un enamoramiento que pareciera que ahora se empieza a disipar.
La euforia y pasión de los comienzos va abriendo espacios en donde el mayor
conocimiento del otro, el más personal, con sus detalles gratos e ingratos, empieza
a requerir comprensión y respuestas que permitan una resultante equilibrada,
madura. Es así como se va gestando el verdadero amor.
El hecho de que él le esté dando mucho dinero a su
anterior esposa puede tener como móvil la culpa por haberla dejado. A muchos
hombres les mueve el sentimiento de tener que pagar un “cupo” por ello. Pero,
también, pudiera ser que simplemente le sea difícil terminar de cortar la relación, más aún si es
que tuvieran hijos.
En todo caso, da la impresión de que hay algo que no
se integra en una sola relación. En ese sentido, tiene usted razón. Pero, psicológicamente
pueden estar ustedes inmersos en una relación de a tres desde siempre,
simplemente que ahora es usted la que siente que no ocupa el lugar “privilegiado”
de la amante (aunque ahora usted se autodenomine así). Es “la otra” quien lo
disfruta… hasta los masajes!. Eso mueve celos y sentimientos nada edificantes.
Creo que uno de los principales objetivos en estas
circunstancias tendría que ser rescatar su autoestima, que empieza a ser
jaqueada. Cuenta usted con una fortaleza al sostener sus propios gastos;
algunas parejas tienen ese arreglo en sus economías. Pero, puede ser que más
que la “pegada” de que esté cubriendo económicamente a su ex, sea tiempo de
regularizar las condiciones de la relación, más aún si esto tiene trascendencia
legal y económica, en base al eje de la relación sostenida por un acuerdo
formal, civil o religioso… que por algo existe.
Mientras tanto, rescate lo que de él ha sido valioso
para usted, en la intimidad y en la vida.
No se trata de forzar la relación sino que el desarrollo de ésta sea natural. Trate de salir de ese triángulo activo que no
aporta. Es cuestión de poner plazos, sin apasionamiento ni perentoriedad; sin
que ello esté contaminado por celos o reclamos, sino simplemente porque lo
justo es ponerse de acuerdo. Y, simplemente, tendría que estar dispuesta a perderlo
si es que las cosas no se encaminan.
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