Hola doctor. Me dirijo a usted porque me siento mal
por un asunto que no se si deberia. Estoy divorciada hace años. Mi ex vive con
otra mujer. Cuando esta mujer me conocio intento controlar mi vida y como no le
deje ahora me odia y no me hace la vida imposible. No me importa y lo llevo
bien con sentido del humor. Pero hace unas semanas mi ex fue de vacaciones a
donde viven mis padres con mis hijos novia etc. invito a mis padres a cenar con
sus nietos y su novia y para mi sorpresa aceptaron. Saben que ella es mala
conmigo, no puedo ni acercarme a su casa, no habla bien de mi a mis hijos etc
saben que hay problemas y aceptan? Me han hecho sentir horrible, traicionada en
cierta manera, y aunque me digo que da igual, que ellos tienen derecho a hacer
lo que quieran, yo no puedo dejar de pensar en que mensaje dan a mis hijos y
que mensaje me dan a mi. Yo soy una persona sensata y calmada pero en este tema
no se que sentir.
Un
abrazo y gracias por estar ahi :)
Bueno,
pues uno nunca sabe qué sentir, simplemente siente… Es cuando surge la
posibilidad de optar, entre seguir con ese sentimiento que le hace daño o elaborarlo y enrumbar por el
camino más saludable. En principio, creo que el divorcio ya puso distancias
hace mucho y se ha sentido usted hasta aliviada (me odia y “no me hace la vida
imposible”, dice su lapsus). Mantiene bien su sentido del humor, eso es muy
valioso y ahora es tiempo de rescatarlo.
Cada tanto pueden ocurrir situaciones como las que cuenta, como cuando ella es presentada con los ex suegros, estando presentes sus hijos. Esto la lleva a usted a molestarse y a esa sensación de una traición que emerge. Pero, no deja de ser una realidad el que es parte de una integración familiar pertinente. No es saludable dividir el mundo en “buenos y malos”. La diplomacia existe y, quizás, si establece desde lo más hondo y sincero el buen deseo de que esto contribuya a que todos estén bien… ¡mejor!
Cada tanto pueden ocurrir situaciones como las que cuenta, como cuando ella es presentada con los ex suegros, estando presentes sus hijos. Esto la lleva a usted a molestarse y a esa sensación de una traición que emerge. Pero, no deja de ser una realidad el que es parte de una integración familiar pertinente. No es saludable dividir el mundo en “buenos y malos”. La diplomacia existe y, quizás, si establece desde lo más hondo y sincero el buen deseo de que esto contribuya a que todos estén bien… ¡mejor!
Si
ella tiene intenciones o sentimientos malos hacia usted, es cosa de no acoger
esos sentimientos en su alma; haga como hasta ahora, sacúdase del mal
sabor inicial y desee que todo sea para bien. Todo depende de cómo lo tome. No
involucre a sus familiares en el sentido de que ahora son malos o traidores. Trate
siempre de mantener las buenas relaciones con sus hijos, nietos, marido y quien
sea; la buena onda nos protege contra todo mal. La vida es corta como para llenarse
de malos sentimientos. Creo que sus seres queridos no han actuado con intención
de hacerla sentir mal…
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