Buenos
días doctor.
Anoche
estaba con unos amigos, pasabamos el rato y relatabamos anécdotas, de vez en
cuando caíamos en el tema profesional ya que todos allí eramos colegas.
En
algún momento dije de nuevo una frase que tengo tiempo diciendo, y es que la vida
no es un capítulo de una serie televisiva como para andar uno con alianzas
tontas de "Si soy amigo de esta persona entonces no puedo serla de tal
otra porque son competencia" (o vaya a saber Dios cualquier variante de
ese tipo)
Uno
de mis amigos me dijo que ya que yo estaba surgiendo me iba a tocar hacerlo,
incluso insistió en que me buscase alguien bajo quien cobijarme, creo que usó
la palabra "líder" y a eso se refería, a un colega de mayor edad y
tomarlo como mi líder, burgomaestre, capataz, amo o cualquiera sea la palabra
de su preferencia Doctor Morales.
Me
negué una vez más, para mi una cosa es respeto y reconocimiento por la
trayectoria de otros que llegaron antes que nosotros, pero una muy diferente es
la sumisión (pienso que mi amigo ha caído en ello dada su relación con uno de
estos colegas-"líderes")
Me
parece patético andar en esas, como buscando en la vida a quien bajarle la
cabeza a cambio de algún que otro beneficio económico o laboral, pienso que las
cosas se ganan trabajando, no sometiendose.
En
fin, en esa misma línea, por mi está bien hacer tratos con alguno de esos
colegas más encumbrados, relaciones de ganar-ganar, pero muy distinto es lo que
andan muchos diciendome que casi que yo debería entregar el alma para aprender
o recibir impulso de alguno de esos personajes
Eso
no me parece, me produce rechazo. De hecho he visto como más de uno de estos
"generosos" amos del valle se han dedicado a explotar a quienes
voluntariamente se le ponen en bandeja de plata (ejemplo, tenerlos trabajando de
gratis a cambio de tomarse una foto con ellos que aparezca en redes sociales, y
la contraparte muy feliz de esa situación, eso es lo que no tolero ni apruebo)
Es
un tema que me hizo mucho ruido y en el que a veces me siento muy solo en mi
posición y perspectiva.
No
apoyo esas falsas amistades, y mucho menos esa esclavitud voluntaria de más de
uno.
Eso
es lo que opino, ¿podría darme usted algunas perspectivas al respecto?, sentí
que debía hablarlo con alguien y encontré su Blog
Saludos
Un refrán que mi padre mencionaba de vez en cuando era: “Quien
a buen árbol se arrima…buena sombra lo acoge”. Y, ciertamente, él me brindó una buena
sombra, una sombra acogedora y jamás atrapante, menos aún, sometedora o
humillante.
Andando en la
vida, ya siendo médico, elegí formarme como psiquiatra en la escuela del Dr. Carlos Alberto Seguín, un profesional excelente y sabio, muy exigente en cuanto a la formación clínica
y humana, pero, muy respetuoso de la orientación teórica personal de cada
quien. Nunca sentí que él requiriera discípulos, aunque disfrutaba el tenerlos. Siempre
tuve la impresión de que le generaba rechazo la cercanía de aquellos que lo
buscaban “para la foto” o que eran
insustanciales. De hecho, trabajé un año gratuitamente en su servicio, ya que
aprendía mucho y disfrutaba más de encontrarme entre profesionales tan
diferenciados y amenos.
Nadie se sentía por encima del otro; es más, había una
mística relacionada con el enseñar y ayudar a crecer a quienes se acercaban en
esa búsqueda. Me alejé cuando tocó hacerlo y guardo los mejores recuerdos de
aquella época, lo mismo que de la presencia interior de mi padre que me dio
sombra (pero que no me “hizo sombra”).
Me parece que en la vida tenemos experiencias que nos
predisponen a una u otra lectura de las cosas, a una u otra actitud. Puede uno
sentirse humillado o humilde en sus cercanías… Depende de lo que elijamos para
tener sombra, para crecer y consolidarnos.
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