Hola
Dr. Buen día! He estado leyendo tantos comentarios y realmente es muy bueno
respondiendo las dudas de cada persona, felicidades.
La
razón por la cual le escribo es la siguiente; el problema que le plantearé es
de mi madre, yo tengo 24 años. Mi madre tiene 45 años y desde hace 6 años tiene
una relación con una chico de 21 años se preguntará como fue posible, pero
cuando se conocieron él tenía 15 años. Mi madre estaba casada en ese tiempo,
tenía 15 años de matrimonio. Y todo lo echo a perder por la relación que
mantuvo con el chico. Desde hace tiempo nosotras (mis hermanas) nos enteramos
que el chico la agredia física y verbalmente, nosotras como hijas hablamos con
ella y queriendo hacerla entender de que la persona con la que estaba le hacía
mucho daño y que la relación que ellos tenían era tóxica para ambos, obviamente
ella no lo quiso dejar. Hace un mes el chico la golpeó muy fuerte y teniendo la
intención de matar a mi madre, ya que éste la llevo a un lugar solo y entre la
maleza, ahí intento ahorcarla aparte de que ya la había golpeado. Mi madre
logro huir de sus manos y corrió lo más rápido que pudo ya que el la dejo muy
herida y sin fuerzas. Ahora a un mes de que eso sucediera mi madre ha estado
hablando con él por mensajes y ya hasta se vieron. No lo quiere dejar, ella
dice que no puede estar sin él. Dr. Ese chico no le ofrece nada a mi madre, lo
único que puede ofrecerle es sexo, mi madre una vez nos dijo que no podía
dejarlo porque extrañaba tener sexo con él. Estamos desesperadas y con miedo de
que le suceda algo similar o peor a lo que vivió. Espero que haya sido un poco
clara con lo que le acabo de redactar, trate de resumir para que fuese
entendible. Espero pueda darme una opinión. Ya que esto nos afecta demasiado.
Estimada
amiga, no he podido dar respuesta a tu consulta hasta ahora, pero, ya, estamos
de vuelta…
Lo que
cuentas de tu mami es lamentable: una relación así, con un chico 24 años menor,
es, de por sí, llamativa. No por ello debamos catalogarla de mala o negativa; simplemente es anormal; es decir, se sale de la norma. El que haya sido motivo
de su ruptura matrimonial, ya nos dice que tiene ese carácter de obsesionante y
pasional. ¡Una mujer de 39 años dejando todo por un chico de 15...!
El
primer punto de vista de la situación hace que me pregunte sobre las carencias
afectivas que puede tener tu mamá. Cuánto de una infancia difícil o traumática
puede influir en que se aferre de esta manera, más aún, si es que ya la relación
misma ha derivado en traumática, con los maltratos que describes.
Cuando
existen traumas tempranos en la vida y, más aún, historias de maltrato,
increíblemente se genera en la persona así afectada una tendencia a aferrarse a
personas con las que reproducen el trauma original. Se aferran al maltratador
porque el afecto se asocia con la humillación, con el auto-rebajamiento, el maltrato
físico. Se actualiza en el presente lo que se padeció en la infancia temprana.
Es como si la mamá a la que necesitamos nos pegara, insultara y despreciara,
pero la vemos como lo único posible que nos protege del desamparo total que es
aterrador. Entonces, una especie de cariño “diferente”, intenso, de amor –
odio, se constituye como modelo y, es muy difícil de cambiar.
Otro punto de vista es que cabe la posibilidad de que ella fue deseada varón por sus padres y ve en este chico la imagen ideal de lo que ella hubiera querido ser. Los enredos inconscientes que hay detrás de ello llevan a que constantemente se vea en problemas de tipo “crimen y castigo”, por lo cual debe ser castigada. Su rebajamiento ante el varón idealizado, puede llegar al punto de la fantasía de su propia eliminación, para que prevalezca el varón ideal. Por cierto, detrás de ello, hay posibilidades de un gran odio y victimización.
Lo que
hago es un ensayo de entendimiento que, en cualquier caso, sugiere mirar a tu
mami, no con los ojos de quien la critica o condena. Ella necesita ser comprendida
y, más aún, ayudada; ella está mal. Necesita que la atienda algún
psicoterapeuta, pero la parte más difícil es que ella acepte que es así…Este es el punto
de partida indispensable en el camino de rescatarse a sí misma de esta
situación. El problema no es tanto el otro sino que es ella misma quien busca este tipo de relación. Su situación es como
la de un adicto que sabe que la droga le hace daño pero no la puede dejar…
hasta que, en algún momento, lo termina aceptando. Si no, no sale.
Creo
que puede ayudar alguna denuncia policial, por lo menos contribuirá a que el
ofensor desarrolle algún temor a las consecuencias.
Y,
nada, quizás convenga que tú visites a un terapeuta, algo o mucho de todo esto
te debe haber salpicado. Pero, por otro lado, es una puerta que mamá
podría animarse a abrir también.
Suerte…
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