Hola Dr.
Desde hace 8 años que me enamoré perdidamente, en serio. Lo cual me destrozó en
todas las maneras posibles. Sé que me amó, mucho más que yo a ella, pero bueno,
hace dos años que nos dimos el adiós definitivo, incluso mucho antes no he
vuelto a ser igual, me siento infeliz, no soporto a gente a mi alrededor, mis
pocas relaciones siguientes no duran más de 2 meses, lo intento, juro que
intento seguir adelante, solo que ya no sé de donde sacar fuerzas, todo me
agobia, a veces sin poder evitarlo siento que me desconecto, mi mirada se
pierde, tengo episodios de ansiedad, me encierro, no salgo porque un
sentimiento extraño hace que me quiera quedar siempre en casa, me avergüenza
admitirlo pero estoy yendo por el mal camino, no sé como evitarlo, me estoy
matando y no puedo evitarlo. Es obvio que necesito ayuda, todo dentro de mi
grita por ayuda, pensé haberlo superado pero no es así, la amo tanto como al
inicio, quiero ir a buscarla, recuperarla, no sería justo por ya está casadaaa!
Admito que eso si me mató, lloré frente a la pc viendo sus fotos el día de su
boda, su prominente barriga que anunciaba que tendría un bebé. Ya no le
encuentro sentido a nada, tengo miedo, miedo de un día despertar más débil de
lo acostumbrado y hacer algo estúpido. Quiero volver a enamorarme, volver a
amar, pero es como si todo mi amor ya hubiese sido consumido, ya no puedo ser
feliz. Deme un consejo Doctor,incluso antes de conocerla me he sentido una
deshecho del espacio, Gracias.
Pongo este
título ("Un(a) deshecho del espacio") “capturando” su lapsus final, en el párrafo en que aclara que este tema
viene de atrás, de antes de estar con ella.
Creo que cuando niño debe haberse
sentido “un deshecho”, algo que se tira y queda flotando a la deriva. O,
quizás, quedó “deshecho” por alguna causa que no ayudó a que usted se integre
como naturalmente nos pasa cuando hemos tenido experiencias dolorosas en la infancia o nos
faltó un buen sostenimiento materno.
Cuando uno
ama de la manera que usted describe es porque uno siente que el otro llegó a formar parte de
uno mismo, que uno se fundió con el otro… como sucede en la infancia entre madre y bebé, antes de que el bebé pueda empezar a diferenciarse de la madre.
Esta situación, la de un
acercamiento fusional, es también propia de los primeros momentos de un enamoramiento,
el cual después, naturalmente, evoluciona a una individuación, en donde las
personas se pueden separar y relacionarse sobre otras bases diferentes a las de
la fusión. Recién entonces se pasa de la etapa del enamoramiento a la del amor propiamente dicho.
Si uno se
mantiene en la etapa de fusión, sin avanzar hacia la individuación, y se produce la separación, siente como que el otro
“se llevó mi yo”. Esto suele ocurrir cuando en la infancia hemos tenido muchos
vacíos afectivos, que en la edad adulta tratamos inconscientemente de llenar con la búsqueda de la fusión.
La
prolongación del estado fusional, genera reacciones paradójicas, tensiones
excesivas, necesidad de control, celos, etc., que a la larga deterioran la relación. Volvemos a sentir el saldo de miedo y temor a amar porque la posibilidad de un nuevo enamoramiento nos hace sentir demasiado
expuestos. Nos queda una sensación de pérdida que no se resuelve, en gran parte porque no podemos optar por un vínculo amoroso con otra persona, dado el temor que esto nos provoca.
De esta manera, podemos pasarnos mucho tiempo “velando al muerto”, es decir, aferrados a
la que se fue, porque, de alguna manera, nos es más fácil que emprender la
incierta aventura de conseguir otra relación y exponernos al dolor de la pérdida.
Hay que ir
recobrando la confianza. Esta experiencia le debe dejar una lección. Hay en
usted vacíos que no facilitan la relación de manera equilibrada y ahora lo
están sumiendo en una depresión que requiere ayuda.
Permita que lo ayuden, recobre por esta vía la senda del vínculo y la
confianza en sí mismo y en la vida. Las cosas pueden ser diferentes si se
abre a la posibilidad de que algo pase. Tenga presente que, metido en su casa o
dentro de sí mismo, no va a pasar nada que cambie las cosas.
Vamos,
solicite ayuda, esto funciona, ya ha comenzado con esta carta, que es un pedido de
ayuda. Mantenga esa línea, busque apoyo en un profesional. Creo que le vendría
bien tomar algún antidepresivo (recetado por un psiquiatra) pero lo más importante tendrá que ir por la vía
de una psicoterapia psicoanalítica.
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