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viernes

2011/04/13 El pene de mi hijito

Mi hijo, tiene 4 años, le gusta tocarse su penecito, rompe los fundillos de los pantaloncitos y se los toca, a veces delante de otros, genera incomodidad en mi, porque lo miran raro. Es un niño despierto, juguetón,muy tierno y muy enreído también, su padre no lo ve mucho, tiene 4 hijos de 4 mujeres distintas, no pasa tiempo con él, lo ve dos o tres veces al mes. Vivimos con mis padres y mi papito lo quiere mucho, pero son generaciones muy distantes, no comparten mucho por sus edades. La miss me dijo hace una semana que mi hijito le había dicho que quería ser niña. Me preocupa, no se cómo actuiar sin castrarlo, sin dañarlo. Asesóreme por favor. Soy Ana Cecilia, tengo 31 años y soy mamá soltera....¡Qué difícil se me hace algunas veces con estos temas!


Estimada amiga,

La emergencia de la sexualidad a los cuatro años es algo natural. El que su niño tenga estas expresiones, como la de romper fundillos, ya nos habla, por lo menos, de una intensidad mayor. Por cierto, esto nos pone a prueba y, en muchísimos casos, no sabemos cómo responder.

En primer lugar, el mundo de este niño aparece como un poco complicado. El papá está ausente y, probablemente, usted, también, esté poco en casa, así es que el eje de la educación y la compañía necesarios parece correr por cuenta de los abuelos.

El que usted mencione que el niño es muy querido por el abuelo es algo muy bueno para su niño. El riesgo es que este afecto no derive en organizar los límites de la mejor manera. Dice usted que es engreído y esto suele ocurrir cuando al niño no se le está educando para la tolerancia a la frustración y para el establecimiento de conductas adaptativas.

A esta edad, a los cuatro o cinco años, la trascendencia de una fantasía como la expresa su hijo, de ser niña, no tiene el peso de una definición de identidad. Más bien, pudiera corresponder a algún sentimiento de que, de esa manera, podría ser querido por el padre ausente. Me pregunto si ese padre que tiene hijos con otras mujeres no tendrá por ahí alguna niña preferida.

Por otro lado, dado que está en un período de excitación centrado en su pene, me pregunto si este supuesto deseo de ser niña pudiera tener que ver con reproches o amenazas de castigo por estas prácticas al parecer censuradas. Por algo usted expresa su temor de ser castradora.

Más allá de lo dicho, y dada la situación de separación de los padres, no estaría demás que su niño sea evaluado por un psicólogo o psicoterapeuta especialista en niños.

2010/10/25 Dios perdona el pecado...

Hola doctor: Mi hijito tiene 3 años 7 meses. Hace tres meses su miss me dijo que él solía entrar al baño con otro compañerito y les gustaba mirarse como miccionaban. Yo lo tomé de forma muy normal, pero noté a la miss muy preocupada. Luego me comentó que a la semana de este hecho, encontró nuevamente a mi hijito con una compañerita jugando al papá y a la mamá y queriendo "chuparle su tetita" A mi me preocupó mucho, mi hijo no es malicioso, pero creo que comienza a explorar su sexualidad y su maestra no lo está ayudando mucho porque es muy crítica con esos temas. Yo le expliqué a mi hijo que no se toca el cuerpo de los compañeritos ni las compañeritas, él me dijo que su amiguita le pide que sea el papá y que tome tetita. No quisiera asustarlo con este tema, no quisiera marcarlo de por vida castrándole algo que él debe descubrir de forma natural pero bien orientada. Quizá me preocupe mas porque soy madre soltera y el padre de mi hijo, dificilmente se involucra en sus cosas, pues lo visita muy poco, y nunca ha ido a su colegio a preguntarle a la miss si está bien o en qué puede mejorar. No sé como comentarle este tema a su papá, pues temo que me juzgue y me critique ya que yo soy muy amorosa muy expresiva con mi hijo, cosa que a su pápá le parece muy "aniñado" ¿Cómo puedo decirle esto a su papá y cómo puedo hacer que la miss de mi hijo lo oriente mejor?


Estimada amiga,
"Dios perdona el pecado... mas no el escándalo…"   Hace bien al considerar con suficiente tacto estas expresiones de la exploración infantil, tan naturales como el andar. En estas circunstancias, lo que suele afectar a un niño son justamente las reacciones represivas o sanciones y amenazas de los adultos a cargo.

No es cosa de preocuparse, pero sí, de ocuparse. El niño nos está mandando un mensaje como para acompañarlo en su momento evolutivo de manera adecuada. Entonces, habrá que dialogar respecto a lo que nos muestre a través de sus juegos o desde preguntas que nos haga. Los límites y recaudos que surjan desde nosotros los adultos deben estar excentos de amenazas, como “si te tocas se te va a caer…”, o calificativos tipo “¡esa cochinada que estás haciendo…!”  Menos aún, castigos, golpes o gritos.

No está demás dosificar nuestras caricias. A veces, no nos damos cuenta que lo estamos excitando o ignoramos que el niño está excitado. Es posible que el niño esté pasando por un momento de excitabilidad particular, por lo que podría ser conveniente no exagerar las caricias, no mostrarnos desnudos, diseñando adecuadamente los espacios de lo privado. En lo posible, tal vez no dormir en la cama con él. ¡Ojo! no quiero decir que hay que ponerse fóbico o espantarse. Se debe tratar el tema con mucha delicadeza.

Esta es una etapa en la que hay un espacio natural para que el padre entre a tallar, pero, no se trata de una cosa mecánica, de turnos. Ojalá el papá sienta el deseo de estar con su hijo y tener juegos de varones y explorar cosas desde el estar juntos, disfrutando de sus identidades de machos. Quisiera remarcar que es necesario darse cuenta que los machos, también, podemos ser tiernos, incluso en medio de nuestra rudeza natural.

Me preocupa la profesora. Si es alguien con problemas en esta área, será muy difícil que reaccione de manera adecuada. ¿No hay psicóloga en el nido? Converse un poco más con la maestra y examine la posibilidad de que ella reconsidere su actitud. Hasta observar y compartir lo observado por las dos puede resultar conveniente.

De todas maneras, es importante fijarse si la conducta de su hijo linda con lo exagerado y compulsivo, en cuyo caso sugiero una consulta con una terapeuta de niños y que ella determine si lo que está pasando amerita una comprensión más amplia. Son muchas las maneras en que los niños descargan sus tensiones y no deja de ser un problema a resolver, en su incipiente mundo, el que sus padres no sólo estén separados sino que, además, tengan dificultades para compartir criterios respecto a él.

Bueno, lo dicho: tranquila, ocúpese, no se preocupe. Su niño la necesita segura y confiable, no alarmada.

Suerte.